La paradoja y la curiosidad por el lenguaje y los detalles son, una vez más, el carburante de Luis Piedrahita en Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas, el show que acaba de estrenar en la cartelera madrileña, en Callao City Lights. Este inteligente humorista, escritor, director de cine e ilusionista, con dejes del Teatro del Absurdo, nos enseña en él que la vida es como un hotel, “un sitio en el que vas a estar poco tiempo” y del que “tienes que llevarte todo lo que puedas”. 

Decía Marcos Mundstok (de Les Luthiers) que eres un animal palabrófago, palabraeróbico y palabrópata. ¿Cómo lo llevas?

Me encanta jugar con el lenguaje. Me encanta agarrar una palabra para darle la vuelta de dentro a fuera como si fuera un calcetín, saltar sobre ella con los pies juntos y comprobar que sigue teniendo significado. Las palabras son la materia prima del monologuista. Te diría que son la materia prima del pensamiento y el medio para compartir las cosas que valen la pena. Gracias a las palabras compartimos el conocimiento, el arte y el amor, tres cosas que, cuando se comparten, lejos de dividirse, tocan a más para cada uno. Son un tesoro, ya lo dijo Covarrubias. No sé de dónde me viene ese interés. Estaba ahí cuando llegué.

Sueles decir también que el humor es un arma de construcción masiva. Charlie Hebdo, la Ley de Seguridad Ciudadana en España… ¿Es más arriesgado hacer humor hoy que hace años? ¿Y, al mismo tiempo, más necesario?

Muchas preguntas. Vamos a ver si soy capaz de responder alguna. El humorismo tiene varios enemigos: los prejuicios, las falsas solemnidades, lo políticamente correcto, los extremismos… pero todos son el mismo: “la falta de libertad”. Ese es el gran enemigo del humor. El humor del bueno sugiere cambiar algo de la sociedad y eso siempre incomoda a algún canalla. Los extremistas no suelen tener sentido del humor, eso está demostrado. Extremismo y la falta de sentido del humor son dos síntomas de una misma dolencia: la falta de inteligencia. ¿Por qué? Pues por una sencilla razón. La inteligencia se recrea en las complejidades y en los múltiples puntos de vista, lo mismo que el humor. El extremismo de cualquier tipo es un pensamiento simple, explicado en pocas palabras y casi siempre gritadas. Es lógico que los extremistas no toleren la complejidad u otros puntos de vista. Siempre ha sido así y siempre lo será. El humor no responde a las modas. Es necesario siempre. En mi opinión –y en la de Fernández Flórez, que es al que le escuché esta idea- el humorismo es una actitud en la vida. Es una forma de mirar con distancia, de modo suspicaz y descreído. Una mirada con un ojo serio y otro guiñado, con dos sonrisas una en el cerebro y otra en el corazón.

El show Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas es un stand up al cine por cien, estás solo tú en el escenario, con tu arte. ¿Menos es más, o la austeridad viene de la famosa crisis del teatro?

El stand up comedy genuino es un formato austero: el humorista, un micrófono y el público. Nada más. Sin artificios, sin escenografías, sin disfraces… Es lógico que un formato así prolifere en tiempo crisis. Pero ojo, esa máxima de "menos es más" no siempre se cumple en el teatro. Cada formato tiene sus exigencias. Los grandes musicales no pueden ser austeros y sus requerimientos son los propios del formato. El stand up comedy también está sujeto a unas normas, lo bueno que tiene es que da mucho con muy poco.

Tus monólogos son muy distintos a los de otros monologuistas, es imaginativo, poético, no hay política, no hay referencias a los modernos… ¿No te gusta que te lleve la corriente?

La verdad es que mi estilo no obedece a un plan maestro. Escribo lo que me sale sin preocuparme por responder a un estilo. Elijo unos temas y descarto otros sencillamente por intuición. Busco hacer el show que a mí me gustaría ver. Eso me garantiza una cantidad de público, no sé si grande o pequeña, que tiene el mismo gusto que yo. Los podría definir como una banda de amigos.

¿Qué importancia crees que tiene el monólogo en la historia del teatro español?

¿Lo que hago yo? Más bien poca. Hay grandes monólogos como los espectáculos de “El Brujo”, el último “Cinco horas con Mario” que interpretó Lola Herrera, "La violación de Lucrecia" por Nuria Espert... Eso son hitos en la historia del teatro Español. Lo que hago yo es solamente un entretenimiento sano, digno y divertidísimo. Nada más. Importancia, más bien poca.

Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas. Callao City Lights (Madrid). Hasta el 25 de marzo.