La gastronomía, un componente esencial de la historia, la tradición y la identidad, se ha convertido también en un motivo clave a la hora de elegir el destino de las vacaciones o un simple viaje de recreo. Este segmento turístico ofrece un enorme potencial para estimular las economías locales, regionales y nacionales y promover la sostenibilidad y la inclusión.

En el segundo informe de la OMT sobre turismo gastronómico se incluyen dieciséis buenas prácticas de diferentes países sobre temas tales como la estacionalidad, la formación y la innovación, las iniciativas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación e itinerarios relacionados con el vino. La publicación subraya que, en lo que se refiere a la motivación de los turistas, la experiencia gastronómica es hoy tan importante como visitar un museo, disfrutar de la música o admirar la arquitectura de un destino. En este sentido, el turismo gastronómico tiene un gran potencial para mejorar la gestión de los destinos, promover las culturas y contribuir a otros sectores, como la agricultura y la manufactura de alimentos.

El compromiso del turismo gastronómico con los principios de la sostenibilidad ha sido una de las conclusiones del Foro celebrado en San Sebastián en la segunda semana de mayo pasado. Hay beneficios  como la reducción de la pobreza, el uso eficiente de los recursos, la protección ambiental y el cambio climático, y la protección de los valores culturales, el patrimonio y la diversidad. Hay que recordar que estamos en el año internacional de la sostenibilidad. El evento contó con la asistencia de alrededor de 250 participantes de 60 países.

Como conclusión, se subrayó la necesidad de elaborar medidas políticas apropiadas y un marco fuerte de gobernanza. Con ello, no solo se facilitaría el compromiso de los actores que intervienen, sino también la interacción entre ellos, así como la forja de alianzas público-privadas.

La unión entre gastronomía y turismo ofrece una plataforma para revitalizar culturas, conservar el patrimonio material e inmaterial, empoderar a las comunidades y fomentar el entendimiento intercultural. Estos aspectos se trataron especialmente durante las experiencias prácticas incluidas en el Foro, como una clase de cocina y una cena de productos frescos.