El gallo de oro, la última ópera compuesta por el ruso Nikolái Rimski-Kórsakov, es una parodia basada en una fábula infantil de Aleksandr Pushkin. La partitura, descarada como pocas lo han sido en la historia de la ópera, plantea un estudiadísimo equilibrio entre lo chabacano y lo trivial, donde se da cabida a melodías azucaradas, absurdas coloraturas, sonoridades irreales y una desbordada fantasía.

Esta Opera llega al Teatro Real mañana y permanecerá en cartel hasta el día 9 de junio. Aleksandr Pushkin el autor del relato base de la ópera dijo: "Dos ideas fijas no pueden existir al mismo tiempo en el ámbito de lo moral, de igual modo que en el mundo físico dos cuerpos no pueden ocupar idéntico lugar". La obra de Rimski-Korsakov es una sátira feroz del gobierno zarista, con un equilibrio entre lo chabacano y lo trivial, donde se da cabida a melodías azucaradas, absurdas coloraturas, sonoridades irreales y una desbordada fantasía. Destaca por su descaro en la historia de la ópera, la fantasía y el simbolismo que adornan esta obra que llamó la atención en su estreno, a principios del siglo XX, e hizo que fuera la única en traspasar las fronteras rusas de las 15 que compuso este autor.

La parodia feroz que se escondía detrás de un libreto aparentemente inocente no pasó desapercibida al censor, que batalló durante dos años exigiendo cambios a los que el compositor se resistió sin tregua. Finalmente, la ópera se estrenaría en 1909, dos años después de haber sido compuesta y ya muerto el compositor, lo que ocurrió un año antes. 

La Opera que se estrena mañana es una nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Théâtre de la Monnaie de Bruselas y la Opéra national de Lorraine de Nancy.