El 29,6% de los menores de 18 años vive en riesgo de pobreza (2,3 puntos más desde 2008). Pese a un ligero descenso de 0,9 puntos porcentuales respecto a 2014 son más de 2.460.000 niños y niñas. Nos referimos a niños y niñas que viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del umbral de pobreza: una renta inferior al 60% de la renta media, es decir unos 1.402 € al mes para toda la familia -compuesta por dos adultos y dos niños-. Son datos del Barometro de la Infancia realizado por la ONG Save The Children. Pero hay más.

En los últimos años, el porcentaje de niños y niñas en tal situación no han dejado de aumentar -a excepción de los menores de 6 años- y especialmente vulnerables son los menores con edades comprendidas entre los 12 y 17 años, ya que son edades críticas para su trayectoria educativa o inserción futura en el mercado laboral. El 35,5% de estos jóvenes se encuentra en situación de pobreza.

La pobreza se muestra especialmente cruel con las familias con menores de edad a cargo y, aún más, con los niños y niñas que han nacido en el seno de ciertas familias: el 37,5% de monoparentales o el 53,3% en familias en las que los progenitores no son españoles.

Pobreza severa

La pobreza severa en los menores de 18 años se intensifica y se cronifica entre los menores de edad hasta alcanzar su valor máximo en los últimos años. Son niños y niñas que viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del 40% de la renta media, es decir en hogares que cuentan con tan sólo unos 750 euros al mes para toda la familia -dos adultos y un niño-. Esta pobreza ha aumentado 1 punto en el último año, y 2,5 puntos desde 2013 (14,2%). Ha pasado de un 12% de los niños y niñas en 2008 al 16,7% en 2015; casi 1.390.000 niños y niñas se encuentran en esta situación.

Entre 2008 y 2015 hay que resaltar el aumento del número de personas, y especialmente menores de 18 años, que viven en hogares donde sus miembros trabajan por debajo de su potencial -conocido como baja intensidad de trabajo/empleo por hogar-. En 2015 casi un millón niños y niñas viven en hogares con baja intensidad laboral; 185.206 menos que en 2014, pero 660.300 más que en 2008.

Causas: Baja inversión en protección de la infancia

A diferencia de la mayoría de los países de la UE, España cuenta con un sistema de protección social a la infancia muy débil.

Nuestro país tan sólo invierte el 1,3% de su PIB en protección social a la familia e infancia; lejos de la media europea del 2,3% y muy lejos de la inversión de países vecinos: Francia dedica un 2,5% de su PIB a la protección social de la infancia y la familia, teniendo una pobreza infantil que es, prácticamente, la mitad de la española; y Dinamarca un 3,7% con apenas niños viviendo en pobreza por cada tres menores españoles en la misma situación. Además, de los 28 países miembros de la UE, España se encuentra en tercera posición en pobreza infantil, sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria.

En 2013 España dedicó el mismo porcentaje de gasto a la infancia que en 2008. La crisis se ha cebado en los más débiles. Parece evidente que una mayor inversión en protección a la infancia y la familia haría disminuir estos porcentajes alarmantes de pobreza infantil.