Si eres de los que colocan los huevos en la nevera seguramente no seas consciente de que estás cometiendo un error. Y es que no son pocas las personas que sacan cada huevo de su cartón recién comprado del supermercado y los colocan en los soportes que casi siempre vienen incorporados en la puerta de los frigoríficos, algo que puede ser que no sea muy buena idea.

Eso es lo que ha afirmado recientemente el ministerio de Consumo, concretamente la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que ha lanzado una serie de advertencias sobre la conservación de los alimentos en este electrodoméstico. Concretamente sobre la manera y el lugar en la que se guardan en la nevera, ya que aunque esto parezca inofensivo puede tener consecuencias.

¿Se deben poner en la puerta?

Colocarlos en un sitio u otro puede afectar a su sabor y al tiempo de caducidad, que puede reducirse considerablemente (hasta un mes) si no lo hacemos de manera correcta. Así, aseguran en primer lugar que los huevos no se deben colocar en la puerta de la nevera. 

Esto es así porque esta zona de apertura es la parte que más alteraciones de temperatura sufre a lo largo del día ya que está en constante movimiento. Además, es una de las áreas más calientes ya que no está cerca de los enfriadores, por lo que cada vez que se abra o cierre la puerta los huevos recibirán aire caliente y se favorezca la aparición de bacterias

Esto es reseñable ya que lo recomendable es que el huevo fresco se mantenga por debajo de los cinco grados, da igual el tipo o el color del mismo. De esta manera, lo ideal sería situar el producto en los estantes de arriba del frigorífico ya que es de las zonas más estables en cuanto a la temperatura.

La caja original

Al igual que la zona en la que se ubiquen, también cometemos otro error a la hora de guardar este artículo alimenticio. Y es que está muy extendida la práctica de tirar la huevera en la que compramos este producto, algo que es erróneo

El embalaje original evita que la cáscara -que es muy porosa- absorba los olores del resto de alimentos de la nevera, además de que se pierda dióxido de carbono y la humedad que los mantiene. Además, también tienen influencia en la duración.

Así, mantenerlos en su caja permite que los huevos estén en la posición correcta, es decir, que la yema no esté en contacto con la bolsa de aire que se crea en la zona más estrecha. Esto hace que se eviten gran parte de las roturas que se producen al chocarse y que estén mucho más tiempo en perfectas condiciones para consumirlos.