En verano, las vacaciones y los días libres convierten nuestro coche en un elemento imprescindible con el que movernos. Tanto movimiento y el aumento de las temperaturas, hace imprescindible que debamos seguir una serie de pautas para no estropear nuestros vehículos.

Tras muchas horas al sol, el coche puede llegar a sobrecalentarse y ello puede desembocar en una avería del medio de transporte.

Durante ese tiempo es común la avería del termostato y del electroventilador. Ambos elementos se encargan de controlar la temperatura, regular y controlar el flujo constante del líquido refrigerante del sistema de refrigeración del motor, por lo que su avería conlleva al calentamiento del motor. La reparación del termostato ronda los 120 euros, mientras que la del electroventilador puede alcanzar entre los 330 y 350 euros.

Recomendaciones a tener en cuenta cuando nuestro coche esté expuesto a altas temperaturas

En caso de un aumento de los grados y observar que la temperatura del vehículo es alta, se debe llevar a cabo una serie de recomendaciones que permitirán que nuestro coche sufra menos ante su exposición al sol. Entre ellas se encuentran: 

1. La parte primordial en el sistema de refrigeración es revisar la temperatura del refrigerante del vehículo. Llevar a cabo una revisión ocasional del medidor podría servir para evitar daños en el coche.

2. Se debe usar refrigerante y ningún otro líquido como el agua, dado que puede perjudicar al motor o al sistema de refrigeración.

3. Se hace necesario llevar un buen nivel de líquidos, como, por ejemplo, el nivel de aceite.

4. Visita tu taller más cercano para revisar el estado del vehículo y así evitar posibles daños futuros causados por el calor.

¿Qué hacer si el motor del coche se calienta más de lo normal?

La exposición al sol durante varias horas y el uso del sistema de refrigeración del vehículo hacen que el funcionamiento del motor tenga más trabajo, lo que hace que su temperatura termine aumentando.

Los largos viajes del verano provocan un aumento del calor del motor y, en ocasiones, ese incremento puede terminar sobrecalentándolo, pudiendo provocarle daños. Si un vehículo tiene varios años de vida y sufre un aumento de las temperaturas en un viaje largo, el motor podría responder de forma negativa.

En caso de que un vehículo sufra un aumento de los grados de calor y el nivel de refrigerante sea bajo, lo mejor que se puede hacer es detener el vehículo en un lugar seguro. Se debe apagar por completo y dejarlo durante un tiempo descansar, para así permitir una disminución de la temperatura.

En caso de tener líquido anticongelante en el vehículo y necesitarlo, echarlo hasta cubrir la marca mínima que señala hasta dónde hay que reponerlo.

Otras opciones para hacer frente al sobrecalentamiento: subir la calefacción y reducir el aire acondicionado

Hay algunas alternativas para poder hacer frente al sobrecalentamiento del motor. Cualquiera de las técnicas recomendadas permite que el vehículo sufra un poco menos el problema con las altas temperaturas.

Pero hay una de ellas que ayuda a reducir el calor que se genera en el motor del vehículo. Reduciendo la temperatura del aire acondicionado y subiendo la calefacción se conseguirá dar un pequeño a esta parte tan importante en los vehículos.

Cualquier persona puede entender esto como una medida que lo único que va a hacer es aumentar la temperatura del interior del coche, pero reduciendo el uso del aire acondicionado, el motor va a trabajar menos.

Con el uso de la calefacción, se enviará aire caliente al vehículo y ese calor procederá del motor del vehículo lo que serviría para reducir su temperatura.

Entre los consejos para evitar esas altas temperaturas, se aconseja  estacionar el vehículo en zonas con sombra y, si no es posible, utilizar parasoles, lo que permite una disminución de 15ºC de temperatura respecto a la exterior.

Además, una temperatura interior del vehículo entre 35 y 40 grados centígrados es igual de peligrosa que haber bebido cinco cervezas. Con ese calor, el conductor deja de percibir entre el 15 y el 20% de las señales de tráfico y sus errores se incrementan hasta en un 35%.

Otros elementos que pueden verse afectados en verano son la batería, los pinchazos y desgastes en neumáticos, entre otras. Para detectarlas y prevenir que se conviertan en algo grave, lo recomendable es realizar una revisión de puesta a punto antes de viajar.