Cada año son abandonados en España alrededor de 100.000 perros y 20.000 gatos. Un dato que se hace todavía más escalofriante si tenemos en cuenta que la gran mayoría de estos animales (más de un 90 % según algunos informes de organizaciones animalistas) acaban muriendo por desnutrición, atropello y otras causas derivadas del abandono.

Según los expertos que analizan esta lacra de nuestra sociedad, la primera medida que debemos tomar para evitar el abandono es la de no regalar nunca un animal de compañía sin haber consensuado previamente y con toda la familia que el perro o el gato será bien recibido y correctamente atendido. En caso contrario, seremos en buena medida responsables de su posible abandono. Por eso es totalmente desaconsejable jugar con el factor sorpresa y convertir al animal en un regalo navideño: por muy deseado que nos parezca, por mucha ilusión que creamos satisfacer.

Y en todo caso, si tras el imprescindible consenso con la familia del obsequiado llegamos a la certeza de que todos están de acuerdo en incorporar un animal al hogar y se responsabilizan de su cuidado y mantenimiento, lo que debemos hacer es buscar a ese fiel amigo en un centro de acogida, nunca acudir a una tienda de animales ni comprarlo por internet.

Los centros de acogida (las comúnmente mal denominadas perreras) velan por el bienestar de los animales abandonados y realizan una importantísima labor social al responsabilizarse de ellos, procurarles los cuidados básicos y propiciarles en la medida de lo posible las atenciones oportunas. Buena parte de ellas suelen tener webs con imágenes de todos los animales en acogida y ofrecen días de visita para que los posibles adoptantes puedan conocerlos personalmente y escoger el más adecuado a sus circunstancias.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta antes de adoptar un perro o un gato es el ámbito legal que regula tenencia de animales de compañía. Toda persona que vaya a adoptar a un perro debe conocer de antemano la ordenanza municipal sobre animales domésticos del lugar donde reside. En ella se recogen las normas que hay que atender sobre las condiciones de mantenimiento, salud y bienestar del animal, así como lo que dicta la normativa de seguridad ciudadana respecto a su identificación y documentación. Es imprescindible informarse al respecto antes de adoptar al animal para evitar las incompatibilidades que pudieran surgir después.

Por todo ello, esta es la peor época del año para adoptar a un animal de compañía. La adopción debe ser un acto razonado, consensuado y muy debatido por todos. Algo muy alejado del carácter impulsivo de las compras navideñas y del factor sorpresa que se busca con el regalo inesperado.