Acoso y derribo de Ramírez a Rubalcaba
Ramírez capitaneó desde El Mundo el acoso y derribo de Rubalcaba, a propósito del denominado caso Faisán, una más de las muchas operaciones conspiratorias que tanto agradan al director de El Mundo, inmerso desde siempre en la paranoia del poder. Ha sido –lamentablemente ha sido así- uno de los consejeros áulicos de Zapatero durante su Presidencia. ¿Pudo ser un hombre de confianza de Zapatero el mismo que puso en marcha la teoría de la conspiración en torno a la autoría de la masacre del 11-M?
Pelea entre amiguetes
En la entrevista mencionada, Ramírez le planta cara a Zapatero: “¿Por qué aludió usted despectivamente a nuestra investigación periodística sobre los agujeros negros, mezclándola con expresiones como “basura”, “mentiras” y “patrañas”? ¿No está incumpliendo algunas veces sus buenos propósitos de responder a las críticas y a los escenarios incómodos con el método de la sonrisa?” Fue aquello una pequeña pelea entre amiguetes. Zapatero siguió manteniendo unas excelentes relaciones con Ramírez, el admirador entusiasta de Rupert Murdoch, el magnate del periodismo amarillo, cazado finalmente por la justicia, promotor mediático de la extrema derecha norteamericana, la conocida como Tea Party. La apología que hizo Ramírez, hace unas semanas, a Murdoch pasará a la historia de la infamia periodística.
¿Regeneración democrática?
La primera entrevista en prensa escrita de Zapatero como presidente se la concedió –con paseo además por los jardines de Moncloa- a Pedro J. En el ámbito radiofónico, la primera se la dio a la COPE. Entonces, Federico Jiménez Losantos era la estrella ultramontana de la cadena de la Iglesia católica. Ramírez colaboraba dos días a la semana en la tertulia copeliana. Dijo Zapatero en los micrófonos episcopales: “La primera entrevista de radio como presidente la hago en la COPE y contigo, Federico (…) Esto es una prueba de mi compromiso de regeneración democrática”. Increíble, pero verdad.
Colosal desastre
La política mediática de Zapatero ha sido un colosal desastre. Esta circunstancia explica muchas de las cosas que han pasado. El desprecio a los suyos y el aprecio a los adversarios amarillos, esos de insulto, amenaza y patadón sistemático, son factores relevantes que han contribuido sin duda a la penosa situación en la que se encuentra el periodismo español con una mayoría de medios ultraconservadores y, por el contrario, con muy pocos, diezmados y no cuidados medios progresistas. Adiós, Sr. Zapatero. Ahora tendrá más tiempo para charlar con su amigo Pedro J. Por cierto, su numerito del otro día, con las elecciones a la vuelta de la esquina, ha sembrado la confusión y la ira en la militancia socialista. ¿Quo Vadis, ZP?
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM