Hoy he visto un Trending Topic que me ha gustado mucho: #StopPseudociencias. Se trata de una campaña de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp), a fin de emplazar al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para que tome medidas frente a esta lacra moderna y no tan moderna.

En la Iglesia estamos en contra del Reiki, la homeopatía, el Ayurveda y todas esas zarandajas, nosotros somos más de rezar a la Virgen, poner velas a San Pancracio o tomarse tres litros de agua bendita. Sí, hijos míos, en pleno 2018, la era de internet y los viajes espaciales, el rebaño todavía pone su fe en la primera mentira que el charlatán de turno quiera venderle. ¿Y por qué? Porque no hay más ciego que el que no quiere ver, y no hay más crédulo que el que quiere creer. Parece cosa del diablo:

Miles de tuiteros han tratado este jueves de desenmascarar esta gran mentira:

¿Cómo distinguir ciencia de lo que no lo es? Mirad este vídeo:

A veces basta con mirar la ortografía:

O las viñetas del gran Montt:

Pero no es tan fácil, cuando hasta desde los medios públicos se da pábulo a semejantes patrañas:

¡Vaya timo!

Están por todas partes:

Pero no sirven para nada:

Hay que tomárselo con humor:

Lo mejor, el remedio de toda la vida: