El Caudillo ya está a puntito de levantar la cabeza y el resto del cuerpo y Pablo Casado ha decidido recibirle como se merece: cargándose la dichosa Ley de Memoria histórica esa que nos recuerda que dimos un golpe de Estado contra una democracia y matamos a unos cuantos rojos porque se lo merecían. Chim pún.

Para ello se ha inventado una Ley de la Concordia, que es algo que a los franquistas nos parece muy bien:

Hay cosas que nunca cambian. Y otras que van a dejar de cambiar, como la hora. Ahora dicen los europeítos que ya no la quieren cambiar más.

Hablando de tontos, ojiplática me he quedado cuando he visto el vídeo del gordito de Andy y Lucas echándole la bronca a la madre del pescaíto.

No soy de darle la razón a los cantautores rojeras como Ismael Serrano, pero qué bien lo explica el jodío:

Otra de los asuntos de la semana ha sido que ya no se pueden hacer chistes de gitanos. Bueno, ni de gitanos ni de casi nada. Al final va a resultar que había menos censura con el Caudillo, me dejáis loca, jajaja. ¡Vais a pasar a Franco por la derecha!

A ver si sale pronto el Caudillo y para el malvado plan de los rojos. José Manuel Soto lo ha descubierto:

Le ha faltado decir “instalar una carpa gigante sobre todo el país para que nadie pueda estar ya cara al sol”, pero lo demás lo ha pillado al vuelo. Entre Pablo Casado y él me tienen enamorada. Y Froilán, ¡qué mirada!

En Cataluña siguen a lo suyo, enganchados al juego ese de poner y quitar lazos amarillos:

Bueno, el antiguo líder del PP catalán, Alejo Vidal-Quadras, se entretiene haciendo unas reflexiones interesantísimas:

¡Chúpate esa, Pableras! ¡Franco 1- Comunismo 0! Como le dicen a Alejo en las respuestas, podía haber comparado Cuba, donde viven 79, con Haití, donde viven 63, pero no le habría quedado tan gracioso el tuit.

Bueno, me llaman para el rosario. Vamos con lo último. El otro día fue el aniversario de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, y yo quise unirme al homenaje de esta manera. Espero que os guste. ¡Arriba España!