Mientras en la visita de Estado de nuestros reyes a Londres, la cuestión de edades estaba perfectamente ordenada, en la visita del presidente del EEUU a París, la relación de edades resulta rompedora.

En Londres, a mayor edad de una persona, mayor edad del acompañante e igualdad de rango y, a menor edad de una persona, indicio de una posición de menor rango. En París, las edades dejaban sin pistas fiables al analista.

Repasemos las edades de los protagonistas en París.

El presidente de la República francesa tiene exactamente la misma edad que el hijo del presidente de los EEUU: Donald Trump Jr., 39 años.

La mujer del presidente francés -Brigitte Trogneux- tiene 64 años y podría haber sido la joven madre de la mujer del presidente americano que tiene 47 años.

El presidente Donald Trump podría haber sido el padre de la mujer del presidente francés: tiene 71 años.

Me apuesto algo a que, de esta visita de edades revolucionarias, saldrán algunos cambios en la política de los “viejos” y un reforzamiento en las posiciones de los “jóvenes”: al tiempo.