Luis Bárcenas no para de hablar. El miércoles se despachó en el Congreso ante la comisión que estudia el caso Kitchen. Como protagonistas en la puesta en marcha de esa trama, situó al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, y a los máximos responsable del ministerio de Interior, Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez.

Con el aplomo que exhibe en esta etapa de comparecencias casi permanentes, expresó sus sospechas de que en Kitchen, desde su punto de vista y aunque se trate de una "especulación", la operación partió de Rajoy y de la "cúpula del PP". Entre otras cosas, porque no era lógico que el secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, tuviera algún interés personal en esas averiguaciones irregulares.

En todo caso, Luís Bárcenas abundó en la relación del presidente Rajoy con ese asunto al insistir en que, como ya había señalado en el juicio por las cuentas B del Partido Popular, la existencia de un audio en el que se oye a Rajoy hablando de esa Caja paralela, y cuya copia de contabilidad destruyó en presencia de su Tesorero. En cuanto a la deseada grabación, parece que es una de las que buscaban los enviados de Interior. El ex Tesorero opina que no consiguieron llevársela. 

En su comparecencia en el Congreso, proclamó que él es el principal interesado en saber si la cúpula de Rajoy ordenó el secuestro de su familia, pero no contestó a preguntas sobre María Dolores de Cospedal, ex secretaria general del PP, por estar incluida esa cuestión en una pieza secreta del sumario que dirige el magistrado Manuel García Castellón.

La estrategia para apoderarse de las pruebas que el extesorero guardaba en su casa, comenzó, según dijo, en el momento en que se inició la investigación de la trama Gürtel y se mantuvo hasta el día en que el Tribunal Supremo ratificó la sentencia que condenó al partido. Durante ese tiempo, se sucedieron varias reuniones para establecer una acción coordinada. Los argumentarios sucesivamente distribuidos intentaban establecer la pulcritud del PP y la maldad intrínseca de algunos jueces, en particular del magistrado José Ricardo de Prada.

A Luís Bárcenas le sentó fatal que esa estrategia puesta en práctica en el Ministerio de Interior, incluyera el robo de documentos en su domicilio, pero aprovecha sus comparecencias para apechugar con su responsabilidad, pero no quiere que otros se vayan de rositas.

Algo parecido está haciendo el penado Francisco Correa, uno de los cabecillas de la trama Gürtel, quien ha declarado en una carta al juez, que se ha lucrado con un sistema corrupto. Es previsible que Rajoy Brey niegue la mayor, como habitúa. Pero, vamos a ver como sale de esta y, sobre todo, del proceso que se instruye en la Audiencia Nacional. Si como era su lema, “cuanto peor, mejor”, ahora estaríamos en lo pésimo.