Jordi Pujol Ferrusola ha salido en libertad, gracias a que ha podido depositar medio millón de euros como fianza. El hijo mayor del muy investigado ex president de la Generalitat, recibirá el nuevo año lejos de los muros de Soto del Real. Como Pujol Junior, otros presuntos beneficiarios del dinero público pasean relajados por las calles de su ciudad.

Léase Francisco Granados o Ignacio González sin ir más lejos. O Luis Bárcenas como ejemplo de una larga lista, cada vez más extensa, de populares que continuarán afrontando en los próximos meses las consecuencias de sus acciones u omisiones, ante la Justicia.

Sin descartar que entre la lista de nombres, más de uno no tenga culpa y en tal caso así lo verán los jueces. Lo cierto es que son tantos los nominados que, desde la perspectiva del ciudadano, abruma y espanta.

No parece que ese sentimiento de vergüenza ajena afecte a Rajoy Brey. El inquilino de la Moncloa capea el temporal lanzando balones fuera. Deja claro que el asunto no va con él en absoluto, y arropado por sus fieles medios informativos, omite la mayor y no da pábulo a los escandalosos indicios y pruebas que señalan a Génova con testaruda intensidad.

El PP es inocente como un recién nacido y quienes dicen lo contrario son malos como diablos

Mientras, parapetado en su trinchera de la Moncloa, Rajoy Brey lanza llamadas, advertencias, avisos para que en Cataluña –pongo por caso- se cumpla la Ley. De acuerdo. Lo que pasa es que en su particular concepción de que la Ley hay que cumplirla, depende de qué norma se trate. Si va de independentismo, por supuesto. Pero cuando hablamos de la investigada corrupción de su partido, ¡mi querido amigo,! eso es harina de otro costal. Y si no hay más remedio que afrontarlo, lo ideal es que el tribunal sea lo más cercano y amistoso posible.  Esas resultan ser las ideas que don Mariano defiende a la vista de lo que hay.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua admite ya el término posverdad. Se refiere a toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público. Cuando el público es Don Mariano Rajoy Brey no hay duda: el PP es inocente como un recién nacido y quienes dicen lo contrario son malos como diablos. Su deseo es obvio: continuar largos años mangoneando nuestro país,  lo que llevará sin duda a que algunos se sigan beneficiando.                     

Desgraciadamente, entre ellos no se cuenta la mayoría de los españoles.