Millones de españoles nos hemos despertado con un sentimiento de alivio y una ilusionante sensación de esperanza. Por decisión de la ciudadanía el nuevo Gobierno va a ser progresista. Así que, esta vez se ha ganado el campeonato.

 “Hemos demostrado al mundo que se puede ganar a la reacción y a la involución”, saludó anoche el líder del PSOE, Pedro Sánchez. “Hemos hecho que pase, el PSOE ha ganado las elecciones y con ello ha ganado el futuro y ha perdido el pasado”.

Mensaje emocionado que contrasta con la decepción que se vivía en las sedes de los partidos de la derecha y la ultraderecha que han visto ahogadas sus expectativas de llegar a la Moncloa. Y llamativa también la prudencia de los medios informativos de la cantera derechista que, casi sin excepción, recomendaban a Ciudadanos llegar a un acuerdo con los socialistas. También se prodigaban en análisis blandos de las razones del castigo al PP.

Un castigo merecido y que tiene su origen, ni más ni menos, en las prácticas corruptas amparadas por Génova, que ya se han visto en sede judicial en la primera pieza del caso Gürtel con una sentencia en que mal que les pese, el PP está condenado a título lucrativo. Y, atención, que ahora llega el juicio de los papeles B de Bárcenas, entre otros procesos.

¿O es que el alevín de Aznar, creía que la sociedad olvida tan fácilmente? Ahí tenemos la debacle electoral de los populares en Valencia, donde la trama Gürtel maniobró con la aquiescencia de dirigentes y cargos públicos del mismo partido entonces en el poder. Ello, unido al talante histriónico del propio Casado, que ha intentado ladrar más fuerte que Vox arrastrando a la debacle a Ciudadanos en su expectativa de gobernar con sus socios. Ha conseguido que un sector moderado de la población o próximo al centro se vea huérfano de proyecto. Ciudadanos ha recogido en parte esos votos y ha crecido en presencia, pero se ve atrapado en el trío de Colón y en su tajante negativa a pactar con el PSOE. En cuanto a Vox, la mala noticia es que ha entrado en el Parlamento y, como ha ocurrido en otros países, buscará acomodo y manera de crecer.

No hay que bajar la guardia. Queda en breve acudir a nuevos comicios y la reacción ciudadana tiene que ser igual de contundente para evitar que la derecha y la extrema derecha se hagan con el control de los municipios y las comunidades, y rechazar el peligro de los Le Pen, Orban o Abascal en la Unión Europea.

Mientras, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ya ha dicho que Sánchez va a intentar gobernar en solitario. ¿Por qué no? Ocurre que lo más difícil, lo que el Presidente pedía que se ayudara a conseguir, ya ha pasado. Todo puede suceder.

Enric Sopena es Presidente ad Meritum y fundador de ElPlural.com