A los despropósitos de Vox, de la mano del juez Serrano anunciando en Andalucía la Reconquista ideológica de España, se han sumado de facto Pablo Casado, apoyándose sin ningún pudor en estos socios de ultraderecha y Ciudadanos, que por más que intente negarlo, está inmerso en la misma operación que apunta a la involución y la merma de libertades y derechos básicos.

El líder del PP emprende ahora su propia cruzada para restablecer el poder del partido y de las fuerzas económicas a las que responde, desde los baluartes que ha conseguido tomar gracias al triple pacto. Si el sur fue el experimento inicial para el acuerdo, Madrid se perfila como la sede de operaciones del partido. El nombramiento del magistrado de la Audiencia Nacional Enrique López López, como consejero de Justicia, Interior y Víctimas del Terrorismo viene dado directamente por Génova y parece un producto de FAES, donde López participó cumplidamente. Parece que el propio Aznar ha retomado la estrategia que aplicó Federico Trillo en el ámbito de la justicia. 

Lo de López supone la constatación -negada hasta la saciedad y con virulencia- de que el PP ha dispuesto de profesionales de la Justicia a punto para intentar evitar tragos como el de la corrupción de la Gürtel. 

El nuevo consejero, magistrado López, ha pasado por los cargos de mayor importancia -Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Audiencia Nacional-. Su cargo de consejero madrileño supone un papel clave para los planes de José María Aznar, porque más allá de dotar a las sedes judiciales de medios materiales y humanos – que es lo que hacen los consejeros de justicia autonómicos- López se perfila como interlocutor con el Gobierno de la Nación en temas de Justicia e Interior desde la capital del reino. Así lo ven desde instancias jurídicas y políticas. La Reconquista pasa para el PP por entablar un debate de tú a tú con el Gobierno de Sánchez, más allá del Congreso de los Diputados. López puede ser el experimento práctico. 

Así se empieza a entender por qué Ciudadanos no ha querido dialogar con el PSOE: Rivera tiene planes de futuro con los populares. El presidente en funciones Pedro Sánchez debe estar atento. Cada día es más urgente una solución progresista.