A veces tengo que confesar cierta sana envidia hacia otras sociedades que disfrutan de una derecha distinta a la que padecemos por otras latitudes de esta misma España... visto lo visto, no me extrañan ciertas tentaciones. Hoy nos enteramos, entre el aluvión de noticias de otra índole, de que la Audiencia de Barcelona ha ordenado investigar los crímenes franquistas, concretamente los bombardeos que sufrió la población civil por parte de la aviación legionaria italiana.

Han pasado los mismos años que en Valencia; los aparatos salían desde las mismas bases en las Baleares desde donde machacaban casi todo el arco mediterráneo cometiendo innumerables masacres por primera vez en la Historia bombardeando ciudades abiertas e indefensas que no formaban parte de ningún frente. Ese fue otro invento genuinamente español que a más de uno y una no le gusta recordar ni que se recuerde.

Hace 75 años, los mismos que en Barcelona, pero aquí nadie secundó nuestra propuesta de hace años de dirigirse a las autoridades italianas para que, como mínimo, pidan perdón al Pueblo español por las atrocidades cometidas por italianos de uniforme, con banderas y material del ejército regular italiano, como piratas o mercenarios y sin declaración oficial de guerra y desentendiéndose de reparar sus acciones ilegales.

Mataron a miles de mujeres, ancianos y niños, a familias enteras mientras cenaban o jugaban en la calle sin que nadie hasta ahora haya asumido la defensas de aquellos compatriotas inocentes. En Valencia aún se pueden ver algunos de sus nichos en la sección 7ª Dcha (la de la Fosa Cómún, la misma de donde desaparecieron tanto las víctimas de aquellos bombardeos como los asesinados tras la ocupación franquista de Valencia), o en el antiguo Cementerio Civil, en el mismo bloque de nichos donde se encuentran aún los restos de Blasco Ibáñez, junto a los urinarios.

Quizá una diferencia fundamental con Barcelona es que aquí mandan muchos familiares, hijos, hijas o nietos de quienes arrojaban las bombas o les señalaban los objetivos con X en los mapas, y una acción de este tipo no estaría bien vista por el “Poder Valenciano”; aquí, en vez de hacer como en Barcelona prefieren mantener calles y honores  a aquellos que bombardearon a nuestros padres o abuelos, como es el caso del “hermanísimo” Ramón Franco.

Me gustaría poder ampliar aquella iniciativa judicial catalana; las víctimas valencianas merecen el mismo trato que las catalanas; es más, no sería lógica una reparación moral o material que se quedase sólo en las de allí; no sabemos el eco de este llamamiento, pero instamos a la Sociedad civil valenciana a que se pongan en marcha los mecanismos, cada cual desde su ámbito, para que no solo Italia, sino también Alemania, participante de la misma política de agresión a poblaciones indefensas sobre las que luego incluso elevaban sesudos informes para perfeccionar las técnicas asesinas, pidan perdón a todo el Pueblo español y así todas las víctimas con independencia de su lugar de residencia puedan recibir la misma reparación histórica.

Matías Alonso Blasco es coordinador del Grupo Para la Recuperación de la Memoria Histórica

Fundació Societat i Progrés