Está claro que la derecha de nuestro país, paradójicamente separada y unida a la vez, nunca acaba aceptando el hecho de estar en la oposición. Cuando el presidente del Gobierno no es uno de los suyos, consideran que se trata de una usurpación, y lanzan ataques en los que no ahorran una inaceptable violencia verbal que llega al insulto. Algo que es absolutamente impropio de los puestos de responsabilidad que ocupan los altos dirigentes de la mayoría de los partidos conservadores.

Hasta hace unos días, parecía que ya habían ido demasiado lejos, que ya no podrían superarse, pero los ataques de esta última semana han echado por tierra esa suposición. Se han instalado en un lenguaje bélico guerracivilista, jaleados por los medios afines, que debería preocuparnos por estar demasiado cerca de la inconstitucionalidad. Están inmersos en la constante falta de respeto a las personas en general, a los adversarios y a las instituciones.

Hace unos años, en el debate anterior a las elecciones de 2015, Pedro Sánchez se vio obligado a pedir perdón por decir al entonces presidente, Mariano Rajoy, que no era decente. Pues bien, el presidente del mismo partido que exigió esas disculpas, ha llamado al actual presidente: traidor, felón, ilegítimo, mentiroso compulsivo, ridículo, irresponsable, desleal, ególatra e incompetente, ente otras lindezas. Y no se ha quedado ahí, le ha comparado con un narcotraficante y con cualquier otro delincuente. Y todo por proponer la figura de un relator para el diálogo con los partidos catalanes independentistas. Una figura que, por cierto, ya había utilizado el propio Rajoy.

Ciudadanos es ese partido que dice no haber pactado con Vox, pero que gobierna en Andalucía con su apoyo y convoca manifestaciones junto a ellos

Y así, ya echados al monte, los trillizos Casado, Rivera y Abascal convocan una manifestación contra Sánchez. Ciudadanos es ese partido que dice no haber pactado con Vox, pero que gobierna en Andalucía con su apoyo y convoca manifestaciones junto a ellos. Por si había alguna duda sobre de qué va la cosa, se suma también a la convocatoria el partido de ultraderecha, España 2000. Sí, hay algo más extremo que Vox: España 2000.

La manifestación recuerda a las que montaba el PP contra José Luis Rodríguez Zapatero, en las que se solía escuchar “Zapatero, al hoyo con tu abuelo”. Es difícil caer más bajo, ser más soez, más irrespetuoso y más antidemocrático. Ya veremos qué consignas gritan el próximo domingo. ¿También pedirán la muerte del presidente Sánchez? ¿También se identificarán con los franquistas que fusilaron al abuelo del ex presidente? No lo sabemos, pero no sería de extrañar, cuando desde periódicos como el ABC, se dice que si Pedro Sánchez propone un relator para el diálogo, “está llamándose a sí mismo genocida” y “por extensión, nos lo llama a todos”. Eso explicaría por qué a algunos les cuesta tanto calificar como genocida al régimen franquista. Es porque desconocen el significado del término. Y desconocen los escrúpulos.

Lo que subyace es que la derechona necesita caos. No puede soportar que se baje la tensión con Cataluña. Qué lecciones puede dar el señor Casado, cuando durante el gobierno de su partido, se hicieron dos referéndums de autodeterminación, se proclamó la independencia y el número de separatistas subió como la espuma. Habla como si el PP hubiera dejado la situación apaciguada y el camino allanado para una solución que contentara a la mayoría de la sociedad.

Para herencia recibida, la que dejó Rajoy con la situación catalana.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com