El gesto del presidente del Gobierno, ofreciendo el puerto de Valencia a la nave Aquarius y refugio a 629 migrantes aterrados, que se aferran a la esperanza frente al temor y los embates del mar, supone un chorro de aire fresco y solidario.

¡Qué diferencia con la actitud fascista del ministro de Interior italiano Matteo Salvani, cerrando los puertos a las ONG y cantando victoria por quitarse de encima el asunto! El Ejecutivo de Sánchez ha dado un ejemplo claro de lo que deben ser las relaciones entre las personas, la mano tendida hacia el necesitado y el apoyo al vulnerable. Son actitudes que abren caminos. El anuncio ha despertado la buena voluntad de otros mandatarios como el gobierno local de Córcega y el apoyo de diversas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos de nuestro país.

Fiel a su ADN de derecha recalcitrante, el popular Xavier García Albiol nos devuelve al casposo pasado reciente. Tras manifestar con la boca pequeña que la decisión es “adecuada” (no sería electoralmente correcto decir lo contrario), añade una carga de profundidad: “Eso no se puede convertir en algo habitual y reiterado en el tiempo".

No es de extrañar en un tipo como García Albiol, ex alcalde de Badalona, quien dio instrucciones del tipo de “los inmigrantes irregulares en Badalona no deben estar cómodos”. O “Yo no consentiré, como ha ocurrido en los últimos ocho años, que se pongan a rezar 500 personas cada viernes.

Sería mejor que estos salvapatrias nos recordaran cuantos millones se han destinado estos años a los presupuestos de Cooperación y de qué manera se han ido recortando

Ahora, el responsable del PP de Cataluña reclama también que la Unión Europea proporcione fondos a los países que colaboren. Parece haber olvidado otra de sus frases lapidarias: “Quizás es el momento que la UE se plantee si puede seguir con la política de que cualquiera tiene todos los derechos. No todas las opciones son válidas”.

Sería mejor que estos salvapatrias nos recordaran cuantos millones se han destinado estos años a los presupuestos de Cooperación y de qué manera se han ido recortando. El PP, ensimismado en sus asuntos, ha dado la espalda a millones de seres humanos. Hablo de la misma formación que este lunes ha recibido una segunda sentencia condenatoria por financiación irregular de la mano de varios de sus dirigentes. No parece que ningún dirigente popular esté en la mejor situación para dar lecciones de ética y fraternidad.

Lo que ha marcado este Gobierno es un paso adelante hacia lo que debe ser la normalidad en un país democrático y respetuoso de los Derechos Humanos. Lo que pasa es que estábamos demasiado acostumbrados a actitudes mezquinas durante mucho tiempo, y hoy parece sorprender a algunos que el Ejecutivo actúe, recogiendo la angustia de personas de todas las edades que huyen de la miseria, la guerra o la persecución, en situaciones tan límite que prefieren cruzar el Mediterráne hacia ninguna parte, esquivando la muerte.

Esta decisión ha marcado un gesto importante para reivindicarnos como país y para que Europa se entere.