Abría hoy su portada un sitio web, Crónica Global que es parte de la publicación de El Español, con una foto grupal, rostro a rostro, como si fueran sus protagonistas miembros de una banda terrorista o algo similar. Seis rostros bajo un titular: “Los españoles cómplices con el independentismo”. De este modo se suceden las caras de Suso de Toro, Ramón Cotarelo, Ernesto Ekaizer, Jorge Vestringe, una servidora, y Antón Losada.

En el interior de la “pieza” aparece una especie de viñeta que pretende ser humorística, donde nos retratan a Ramón Cotarelo, Suso de Toro y a mi misma. Entre una sarta de estupideces propias de alguien que o bien es ignorante supino o tiene muy mala leche. Tampoco descarto que puedan darse las dos opciones, claro.

El caso es que la imagen del titular está corriendo por las redes sociales y los grupos de chats en teléfonos móviles como la pólvora. Supone esta publicación la elaboración de una lista negra, de una diana sobre la que pretende acusar a sus miembros de colaborar con algo que, para más inri, hemos manifestado hasta la saciedad (como es mi caso) no comulgar, esto es, el independentismo.

Cuando hablo de ignorancia me refiero a esto. Y cuando hablo de mala leche, también. Porque no se entiende, no sé si por incapacidad o por maldad, que existe gente que, sin sumarse a una causa, nos pelearemos para que quienes sí la defiendan puedan hacerlo con absolutas garantías. Dicho de otro modo: existen personas, a juzgar por este artículo debemos ser 6 en toda españa (ignorancia de nuevo), que defendemos la Democracia. Y esto significa, ni más ni menos, que más allá de comprender muchas de las cuestiones que los independentistas denuncian -incluso compartirlas- lo importante para nosotros es exigirle al Estado las condiciones democráticas, de justicia y de libertad para que sus planteamientos sean defendidos y presentados con todas las garantías.

Dicen en esta “pieza” que los medios de comunicación catalanes recurren a nosotros, nos dan voz, porque les bailamos el agua. Y lo dicen de manera sibilina y falaz, puesto que no amplían el foco para analizar de manera honesta que, cuando acudimos a tertulias y a programas de comunicación, lo hacemos junto a otros muchos profesionales, intelectuales o activistas, que defienden libremente sus ideas. Dicho de otra manera: que en los medios de comunicación de Cataluña existe una cosa que debe ser rara para estos de El Español, que es la pluralidad y la libertad. Y lo constato porque en ellos he coincidido con otros muchos periodistas, intelectuales y activistas españoles que no sólo no comparten ninguna idea con el soberanismo, ni con el independentismo, ni con el nacionalismo catalán, sino que más bien se alinean totalmente con el discurso del bloque del 155. Y ocupan sillas junto a la mía, se les llama como a mi, y se les da el mismo tiempo de palabra. Otra cosa, lógicamente, es la acogida de la audiencia y el cariño o simpatía que puedan generar. Pero de eso me temo que no estamos hablando, ¿o si?

Más allá de comprender muchas de las cuestiones que los independentistas denuncian, lo importante para nosotros es exigirle al Estado las condiciones democráticas
No habla este artículo de que algunos de los que en su lista negra aparecemos hemos pasado a ser silenciados en medios de comunicación españoles en los que veníamos trabajando durante años. No tiene valor El Español de relatar cómo se nos ha invitado a esperar un poco, a que “el asunto catalán” pierda fuelle para volver a aparecer en nuestros lugares habituales de trabajo. De eso no habla. Y eso es lo grave.

Porque entiendo que al Señor Pedro Jota, a Xavier Salvador o a Joaquín Romero les preocupa mucho la libertad de expresión, ya que como directores de medios de comunicación, esta es su principal herramienta de trabajo. ¿Por qué les llama la atención que personas que seguimos con interés el proceso de Cataluña, que procuramos informar con rigor y sin manipular, seamos invitados a aportar nuestros puntos de vista en libertad? ¿Por qué no les llama la atención la censura que estamos sufriendo de medios españoles, tan españoles y mucho españoles?

Para mi, trabajar en medios de comunicación es mi día a día desde hace cuatro años. Nunca me he negado a una invitación, y en todos los lugares en los que he podido expresarme, siempre he dicho lo que sincera y sencillamente pienso. He podido comprobar cómo levanta ampollas el hecho de escribir en diferentes medios, y lo más lamentable es que esos ataques vengan, precisamente, de quienes se dedican a enarbolar las banderas de la libertad de expresión.

Con este artículo al que me refiero hoy se hace evidente que algunos han dejado de defender la libertad de expresión para utilizar sus medios de comunicación como una trinchera desde la que disparar, con munición posiblemente facilitada y al servicio de quienes los sostienen. Todo lo contrario a un ejercicio de independencia, libertad e información desinteresada.

Señores de El español, Señores de Cronica Global, con esta lista negra que ustedes han elaborado simplemente consiguen dos cosas: constatar sus limitaciones, su falta absoluta de respeto a la opinión libre y al pensamiento no alineado, y además, me dan ustedes personalmente la alegría de situarme entre figuras a las que respeto profundamente: por su rigor intelectual, por su honestidad, su trayectoria y su sabiduría. Lástima que ustedes solamente los citen para atacarles. Retratados quedamos, pues. Todos.