Gregorio Serrano está en el foco de la actualidad y media España le conoce ya. Aunque en el conjunto de España pudiese ser un perfecto desconocido antes de que Zoido le fichara -a pesar de que su experiencia y conocimientos en materia de políticas sobre Tráfico es nula-, Serrano es un personaje muy popular en la capital de Andalucía. De hecho, es parte del 'pack' de amigos sevillanos que el ex alcalde de Sevilla se llevó al Ministerio de Interior -según las 'malas lenguas', más por cercanía y amistad que por méritos o conocimientos-. 

El concejal “usos múltiples”

Nacido en 1967, casado y con dos hijas, gran aficionado a la Historia y a los barcos como su ministro y padrino, Serrano le debe casi todo en política a su amigo Juan Ignacio Zoido. Licenciado en Derecho, experto en Derecho Tributario y profesor de la Olavide, ha sido de la mano de Zoido durante muchos años. Fue concejal de casi todo en el Ayuntamiento de Sevilla: de Fiestas a Turismo, de Economía a Empleo y hasta responsable de la Feria de Abril. Eso provocó que le denominaran el concejal "usos múltiples" o "Super Goro".

Antes había sido edil de la oposición en el Consistorio hispalense como miembro del PP de 2001 a 2011. Por ello, en una cosa tanto sus partidarios como detractores coinciden: es de trato afable, risueño, gracioso, inasequible al desaliento y “trabajador inagotable como él solo”. "En un bar de tapas de Sevilla, 'Goro te lleva al huerto', está en su ambiente y domina el medio”, dicen de él periodistas que le reconocen su amabilidad, buenas relaciones e incluso su tendencia a la “guasa”.

 

Rancio, capillita, taurino y moralista
Conocidos de Serrano de la época de su labor municipal en la capital de Andalucía le definen como persona de trato afable pero muy tradicional. Representaría a la Sevilla más rancia: capillita, taurina y las más moralista. Junto a su mentor, Juan Ignacio Zoido, comparte casetas en la Feria de Abril o palcos en las corridas de toros. En definitiva es el sevillita de ese paisaje y esa España que Antonio Machado definía en su poema “Del pasado efímero” como “La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta”.

Su afición taurina le hizo tomar iniciativas propias como la de crear un premio taurino del Ayuntamiento de Sevilla cuando no había demanda ni necesidad de crearlo. Su homofobia la mostró al oponerse de manera contundente y polémica  a la exposición del “Orgullo Gay” de Sevilla por considerarla “obscena y de mal gusto”. Su vocación capillita la ratifica con su omnímoda presencia en salidas procesionales y ejerciendo de hermano de la Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario.

Del salmorejo “sevillano” a la Sábana Santa de Fitur
De Serrano se cuenta que su carácter a veces es tan folclórico que llega al absurdo y ponen de ejemplo el intento de hacer de las típicas tapas sevillanas un oficial “ Patrimonio de la Ciudad’. Para ello se inventó un catálogo con lomitos, ensaladilla, croquetas y jamón. Llegó tan lejos que incluyó como tapa propiamente sevillana el cordobés salmorejo. Eso fue visto por la ciudad califal como una astracanada y un intento de apropiación, lo que generó cierta polémica regional. También se recuerda como llevado de su catolicismo acendrado se presentó en el Pabellón  de Fitur en Madrid como una muestra sobre la Sábana Santa de Turín como si la capital del Piamonte italiano fuera el Aljarafe sevillano. Más polémica y más sorpresas en su gestión.

Otra de las perlas que el dúo Zoido-Serrano dejó en Andalucía fue el viaje a costa del erario público -como informó ELPLURAL.COM- que se marcaron ambos, con esposas incluidas, a bordo del el buque-escuela Juan Sebastián Elcano, perteneciente a la Armada española y por ende al  Ministerio de Defensa. Un viaje de una semana todo a cero euros desde Galicia a Cádiz. Las dos parejas ocuparon camarotes que dejaron expeditos los guardiamarinas de la Escuela Naval Militar que se quedaron en el pontevedrés puerto de Marín. Y es que los dos comparten una común afición a la náutica y al mundo de los barcos. Unas “Vacaciones en el mar” pagadas a Serrano, entonces concejal de la oposición Sevilla, y que provocaron otra polémica que luego quedó en nada.

 

Tono chulesco y provocador
Como vemos, a Serrano no es que le persiga la polémica, es que él es la polémica. Ni le asusta ni le arredra. Por eso a quienes le conocen bien no le ha extrañado que tras la gran crisis política creada por el fiasco de gestión del colapso de la AP-6 por la intensas nevadas y que le genera un problemón político al propio Gobierno de Rajoy, la respuesta de Serrano haya sido que estaba en su casa, en Sevilla, con su familia celebrando el día de Reyes “desde esa maravillosa ciudad donde funcionan las líneas telefónicas e internet”. En su entorno dicen que ese desparpajo con tono chulesco es propio de Serrano, “es Goro en estado puro”.

Pero frente a quienes arguyen esto hay quienes afirman que "Gregorio Serrano ha cavado su propia tumba. Tan listo como es no se ha dado cuenta que Madrid no es Sevilla, ni el ministerio de Interior la concejalía de Fiestas hispalense”. Confunde La Moncloa con Triana”.

Un “cantamañanas impresentable” en la picota
Puede que esté viviendo sus últimas horas en política nacional. En Moncloa y en Génova existe un tremendo cabreo y profundo malestar con Gregorio Serrano. En el Partido Popular y el Gobierno quedaron perplejos con su último tuit provocador. De hecho se ha filtrado a la Cadena SER que dirigentes nacionales del PP le califican como un “cantamañanas” e “impresentable”  y le han exigido desde el Gobierno que “haga el favor de estar calladito”. Puede que los días de vinos y rosas para Serrano estén contados. Puede que en breve lo veamos pasear por el Parque de Maria Luisa y tomarse unas copas en los bares de la Plaza de San Francisco. Puede que arrastre su figura política extinta “desde esa maravillosa ciudad donde funcionan las líneas telefónicas e internet”. Puede... o no puede.