Parapetado cómodamente tras la enorme cortina de humo que supone Cataluña, Rajoy y su Gobierno se aprovechan para ningunear temas que la oposición presenta y que son de interés para la mayoría, salvo el PP. A este partido solo le preocupa mantenerse en el poder y controlar desde todas las instancias posibles (incluida ¡ay! la judicial), la investigación sobre la corrupción que les afecta.

Esto fue lo que ocurrió en el Senado cuando el PSOE presentó una moción para retomar y reformar la Ley de Memoria Histórica.

Los socialistas pretendían algo bastante modesto. Es decir, dotarla de un presupuesto anual para su aplicación, de modo que los familiares de ejecutados por la dictadura no tengan que andar organizando colectas o poniendo de su bolsillo las cantidades necesaria para sacar de las cunetas a sus seres queridos. Este es un asunto corresponde al Estado.

Además, los socialistas querían establecer un día de homenaje y recuerdo a las víctimas del franquismo. Nada de particular, sino más bien un acto de normalidad democrática, en un país que respeta a sus mayores, reconoce su papel en defensa de las libertades y quiere evidenciarlo.

Al PP solo le preocupa mantenerse en el poder y controlar desde todas las instancias posibles (incluida ¡ay! la judicial) la investigación sobre la corrupción

Así las cosas, la senadora socialista Mar Moreno formuló una pregunta coherente: ¿Por qué cuarenta años después no se puede hablar de reparación a las víctimas del franquismo? De forma más embarullada pero perentoria, la popular Cristiana Ayala respondió que el Estado es quien tiene que proporcionar elementos para que cada uno se haga su composición de lugar sin imponer la verdad.

Sorprendente a día de hoy, cuando el franquismo debería ser una página en los libros de texto, se sigue subvencionando una Fundación que lleva el nombre del dictador y cada dos por tres, concejales o diputados de la derechona echan atrás la retirada de nombres de calles dedicadas a reconocidos ejecutores, o que la Iglesia siga beatificando a sus mártires de aquella época; sólo a los suyos. ¿Sra. Ayala, eso no es imponer una verdad de una sola dirección?

Por supuesto, la mayoría absoluta tumbó la propuesta socialista, que el PNV apoyaba. Su portavoz Jokin Bildarratz, aplaudió esta moción apostando porque, de una vez por todas, la democracia española consiga deslegitimar para siempre la dictadura y destierre los símbolos franquistas.

Creímos que los del brazo en alta habían desaparecido, pero de nuevo vuelven. Tal vez, si a los jueces valientes les dejan seguir hurgando en el nido de serpientes de la corrupción, se encuentren los orígenes de todo. No se entiende si no tal obcecación, tal empeño, en dejar a tantos miles de personas desaparecidas para la eternidad en sus fosas anónimas.