Este 16 de diciembre se conmemora el Nonagésimo aniversario de la fundación de la Generación del 27 en Sevilla. Ninguna creadora aparece en la foto oficial de dicho acto, pero desde el hoy, se está trabajando para poner sus nombres y trabajo en la primera línea junto con los hombres. Cursos como “Hijas del 27” en Málaga, con la dirección del CAL y la Cátedra UNESCO de la UMA, o el Simposio Internacional de Córdoba “La Palabra Silenciada”, han incidido en ello. Ya hemos hablado del grupo que con el nombre de “Las Sinsombrero”, son conocidas unas mujeres pensadoras y artistas españolas pertenecientes o relacionadas con la Generación del 27. Bajo esta designación general no se ha discriminado demasiado las diferentes disciplinas en las que desarrollaron su talento, siendo las artes plásticas unas de las áreas más importantes. Tal vez por esta proximidad, sus aportaciones están todavía poco estudiadas y, en su gran mayoría, han quedado al margen de las antologías y los manuales de arte y literatura contemporáneos. La pintora Maruja Mallo, que será protagonista de una exposición en el Museo Thyssen, en el primer trimestre del próximo año, es tal vez la más reconocida de todas por su activismo y relación con Lorca o Dalí, pero, con ella, otras muchas tan avanzadas y transgresoras como ellas, siguen quedando opacadas por la oficialidad académica. Una exposición en el Museo Picasso de Málaga, reivindica de forma rica y nutrida todos sus nombres y obras, hasta el 28 de enero del año próximo.

Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo presenta el trabajo de un grupo de mujeres artistas que a partir de los años veinte del siglo pasado fueron partícipes, en mayor o menor grado, de un movimiento que históricamente ha sido asociado a los hombres: el surrealismo. Este título entronca con una actitud, más que una declaración de principios, de estas mujeres que encontraron en su creación un espacio de libertad al margen de discriminaciones, e incluso persecuciones y exilios con el final de la Guerra Civil española, en el caso de la mayoría de ellas. El Museo Picasso Málaga ha reunido para la ocasión obras de dieciocho creadoras comprometidas y de primerísimo orden, en varios casos eclipsadas por sus parejas masculinas. Así, la muestra reivindica un justo protagonismo a un grupo de mujeres artistas cuyo trabajo destacó en el entorno surrealista, participando en las exposiciones y manifiestos canónicos de dicho movimiento con André Bretón, algunas de las cuales han tenido que esperar quizás demasiado tiempo para alcanzar un grado de reconocimiento internacional verdaderamente notable: Eileen Agar, Claude Cahun, Leonora Carrington, Germaine Dulac, Leonor Fini, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Dora Maar, Maruja Mallo, Lee Miller, Nadja, Meret Oppenheim, Kay Sage, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Toyen, Remedios Varo y Unica Zürn. 

La exposición está teniendo récord de visitas y ha despertado mucho interés. Por fin la perspectiva de género es protagonista en las disciplinas plásticas. Para ellas, el surrealismo fue la manera de tomar conciencia de su ser, explorar sus pensamientos y sentimientos más profundos y construir su identidad, reflejando experiencias pasadas y presentes, miedos, esperanzas y deseos.  A diferencia de sus pares masculinos, estas creadoras se sumergieron en el inconsciente como medio de autoconocimiento y con un sentido más introspectivo que lúdico: fue la herramienta con la que exploraron su ser femenino en el mundo y con el que exorcizaron demonios. Varias de estas artistas acarreaban enfermedades, tragedias y abusos sufridos a lo largo de sus vidas. En un tiempo de gran diseminación de las teorías del psicoanálisis, su arte hacía visible el pensamiento femenino como nunca había sido mostrado, iniciando un diálogo que gradualmente transformaría las relaciones entre géneros.  Así, muchas de sus obras tienen una naturaleza autorreferencial, en donde el autorretrato tiene una importante presencia: sentían la necesidad de plasmarse a sí mismas para expresar quiénes eran y qué sentían. Se podría afirmar que el surrealismo de estas artistas era realmente su realismo interior y lo manifestaron trabajando en una gran variedad de técnicas. La propuesta de éstas creadores es también un hito, una piedra angular de la creación de un canon de género en la plástica en el ámbito hispánico y probablemente internacional.