Durante esta época del año los balcones y las terrazas de las ciudades reverdecen con el cultivo de plantas en tiestos. Pero antes de elegir las que vamos a plantar este año es aconsejable atender a los nuevos conceptos de la jardinería sostenible, que trabaja básicamente con variedades pertenecientes a nuestra flora autóctona, mejor adaptadas al clima del lugar y mucho menos efímeras que la clásica flor de temporada.

El cultivo de plantas autóctonas reduce notablemente los costes de mantenimiento y el aporte de agua de riego. Más allá de los recurridos geranios y rosales, se trata de cultivar aquellas variedades que llaman nuestra atención en los paseos por el campo, en su mayor parte plantas aromáticas como el romero, la lavanda o el tomillo. Pero también las crasas, suculentas y de rocalla.

Con ello conseguiremos reproducir un pedazo de campo en nuestro balcón, además de disfrutar de los usos culinarios y las aplicaciones medicinales de variedades como la albahaca, el orégano o el hinojo y la manzanilla, el aloe vera o la melisa. En las librerías especializadas existen numerosos manuales de jardinería sostenible para aficionados en los que hallaremos un amplio y variado catálogo de especies de todo tipo. 

También existen métodos caseros que suponen una alternativa al uso de los fertilizantes químicos que empiezan a anunciarse cuando llega esta época del año. Un vasito de vino añadido al agua de riego, por ejemplo, aporta el necesario vigor a las plantas cuando están en floración. En el caso de los frutales, si lo substituimos por anís podemos incluso mejorar la dulzura de los frutos.

Las cenizas de la lumbre son un excelente abono orgánico, aunque no debemos abusar de los aportes pues podríamos quemar la planta. También se pueden aprovechar las de los ceniceros, sin las colillas claro está. Los posos del café y el té son otro excelente abono natural: con un aporte al mes habrá más que suficiente.

El agua utilizada para lavar la fruta, la de hervir la verdura o el arroz (una vez enfriada) puede servirnos para alimentar de manera natural a las plantas del hogar. El agua del acuario también es un excelente nutriente, como la del florero. Incluso las bebidas refrescantes que han perdido el gas pueden usarse de manera directa para regar las plantas. Todo ello combinado con el correcto aporte de agua: ni más ni menos.

Recordemos que el hábito de regar continuamente las plantas puede resultar fatal para su salud, además de constituir un innecesario derroche de agua. De hecho, el exceso de riego es la causa de muerte de 8 de cada 10 plantas domésticas. Por eso es mejor colocar un plato en la base de cada tiesto y llenarlo un par de veces a la semana en lugar de someterlas a una ducha diaria.