¿Qué se esconde detrás de la querella contra Dani Mateo y el Gran Wyoming por sus chistes sobre el Valle de los Caídos? ¿Quiénes son los artífices de la demanda? ¿Qué resortes de poder del presente se esconden tras este megalómano monumento de nuestro peor pasado?

Son algunas de las preguntas que surgen ahora que la Audiencia Provincial de Madrid, con un auto de tintes religiosos, ha ordenado al juzgado de Instrucción número 4 de Alcorcón que reabra el caso. El asunto ya fue archivado porque el juez no apreció delito de incitación al odio, pero se le exige ahora que investigue si se ha producido un delito de menosprecio de sentimientos religiosos previsto en el artículo 625 del Código Penal.

La autoría de la querella es de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, una organización que hasta ahora se había dedicado a obstaculizar las peticiones de víctimas del franquismo para que pudieran sacar los restos de sus allegados de esta gran fosa común a mayor gloria del dictador.

La Asociación se presenta como “un pequeño grupo de inquietos españoles” que un buen día se alertó "ante las recientes noticias y asombrosos acontecimientos sobre el Valle de los Caídos". Y su presidente, Pablo Linares, se presenta como un nieto de un antiguo trabajador del Valle que niega que los miembros de la asociación sean seguidores de Franco: “Tenemos de todo en la asociación, claro que también hay gente a la que no le importaría volver a la época anterior, pero incluso hay gente de la ideología contraria”, señalaba en una entrevista a eldiario.es.

Pero lo cierto es que sus movimientos legales siempre van en la misma dirección y siempre lideradas por su abogado Pedro Cerracín. Él fue quien recurrió el cierre al público del Valle en 2010, cuando decía: “Vamos a ganar porque tenemos razón y porque antes de que vuelen el Valle de los Caídos tendrán que volarnos a todos nosotros". A tiempo partido, también trabaja para la asociación ultracatólica Amistad en Cristo, Nuevo Amanecer, auspiciada por Rouco Varela y que usó sus servicios para denunciar a Ada Colau por el “padrenuestro blasfemo” para que no se impusiera el "derecho a la blasfemia".

Pero donde hay ultracatolicismo, y allí donde aparezca la figura de Rouco Varela, no podía faltar la combinación con Hazte Oír y El Yunque. El abogado Cerracín colabora con Ignacio Arsuaga, fundador de Hazte Oír, y ha participado en charlas y la redacción del libro Proyecto Zapatero con el que la organización ultracatólica intentó desacreditar las legislaturas socialistas acusándole de “ingeniería social”.

Arsuaga se ha encargado de usar su blog para promocionar la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos como luchadores contra “el cierre y el futuro desmantelamiento” del monumento fascista. Y la asociación, en un doble sentido, acostumbra a llevar a personajes vinculados a El Yunque, como el periodista Luis Losada, que ha dado conferencias y retiros en sus sedes y es también fundador de Hazte Oír.

Todos los caminos se acaban cruzando, pero hay también vías de servicio paralelas que demuestran los mecanismos de poder que se amparan bajo la sombra de la cruz del Valle de los Caídos. Una sombra que solía cobijar al anterior ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien solía realizar retiros en el mausoleo fascista para rezar.

Además de destacados miembros de la política, otros defensores del Valle se han amparado en el mundo judicial. Es el caso de Adolfo Prego, exmagistrado del Tribunal Supremo, que lideró la ofensiva para sentar en el banquillo al juez Baltasar Garzón por intentar juzgar los crímenes del franquismo.

Prego acabó siendo destituido por el Tribunal Supremo en una sorprendente decisión. Lo lógico es que él se hubiera apartado del caso del franquismo dado que se conocía su querencia por la extrema derecha. Prego era patrono de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), germen del que surgiría después el partido VOX, y vinculado al pseudosindicato de ultraderecha Manos Limpias. Pero Prego se recicló pronto y acabó contratado por María Dolores de Cospedal para que le representase en sus litigios contra Luis Bárcenas y defendiese el borrado de los discos duros por parte del PP.

Aunque quizás la prueba más fehaciente de la ideología de Prego y su incapacidad para juzgar a Garzón por perseguir al franquismo está en las conferencias que el entonces juez daba, organizadas por la Hermandad del Valle de los Caídos, y los artículos que escribía en la revista Altar Mayor de esta asociación. En dichas intervenciones, Prego solía atacar la ley de Memoria Histórica y acusaba al Gobierno que la redactó: “Las leyes no crean la Historia más que en los Estados totalitarios”.

La Hermandad del Valle de los Caídos con la que tanto colaboraba Prego es otra asociación, gemela a la que ahora denuncia al Gran Wyoming y a Dani Mateo. Y dada la ofensiva de toda esta red pro-Valle, cabe preguntarse si la hermana de Adolfo Prego, la periodista Victoria Prego, como presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, también va a emitir un comunicado para criticar esta ofensiva contra la libertad de expresión de El Intermedio, como ocurrió con las acusaciones a Podemos de acosar a periodistas.