La industria del automóvil sigue recibiendo golpes desde las diferentes administraciones públicas contra los vehículos diésel. La última procede de Alemania, donde un fallo del tribunal administrativo federal más importante del país podría afectar a 12 millones de vehículos diésel en el mercado más importante de Europa.

Tras analizar las medidas adoptadas por Stuttgart y Düsseldorf en relación a la circulación de vehículos diésel, este Tribunal ha confirmado con su sentencia que ambas cuentan conbase legal para prohibir los vehículos diésel en determinadas zonas urbanas. Tambièn comentamos en junio del pasado año que otra gran ciudad alemana como Munich estaba barajando de forma seria, la posibilidad de prohibir la circulación a los coches con motores diésel más antiguos por el centro de la ciudad.  

En el caso de Sttutgart, cuna de marcas de la importancia de Mercedes o Porsche, tras adherirse al acuerdo firmado entre Madrid, París y Atenas para mantener a raya la contaminación durante los días que más polución, comunicó su decisión de prohibir la entrada de vehículos diésel al centro de la ciudad a partir de 2018.

Así, esta decisión de la justicia alemana para seguir poniendo freno a la contaminación de los vehículos diésel no es nada nuevo. Ya en 2016, el Bundesrat, Consejo Federal alemán, aprobó una resolución para prohibir los vehículos de gasolina y diésel a partir de 2030 con el objetivo de trasladar esta ley a toda europa.

Aunque la sentencia no determina que se implementen más prohibiciones, sienta precedente y abre la puerta a que estados, ciudades y comunidades locales tengan derecho a imponer este tipo de prohibiciones de una forma totalmente independiente.

En el lado contrario a esta decisión de uno de los tribunales más importantes de Alemania y cuyo objetivo es reducir los niveles de contaminación para no superar los límites legales establecidos por la Unión Europea, se encuentran la poderosa industria del automóvil alemana, el propio Gobierno germano y gran parte de los consumidores.