Según la Federación de Industrias Alemanas –BDI–, si se produce un fuerte incremento en la producción de vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles corren el riesgo de sufrir carencias en el suministro de materias primas clave para la fabricación de baterías.

Esto podría dar lugar a que "la demanda crezca más rápido que la capacidad de extracción de estos materiales", ha indicado Matthias Wachter, jefe de materias primas de la BDI. Wachter se refiere, concretamente, a los suministros de materias primas no renovables como el cobalto, el grafito, el litio o el manganeso, necesarias para la producción de baterías.

Del parque global actual de aproximadamente 1.100 millones de vehículos, hoy día sólo un millón son eléctricos; pero se estima que, en el año 2035, esta cifra podría ascender a 140 millones. Según Bloomberg New Energy Finance, compañía especializada en análisis de mercados de energías, en 2040 el 35% de los coches nuevos en todo el mundo serán eléctricos, y sus ventas alcanzarán los 41 millones de unidades anuales. Esto significa casi 90 veces más que en la actualidad –ahora suponen el 1% de las ventas totales–.

Los expertos opinan que una posible solución podría ser el reciclaje de baterías ya gastadas, de donde se podrían extraer estos metales para tratar, al menos, de reducir este esperado déficit.

¿Bajará el precio de los eléctricos?

Según un estudio realizado por Bloomberg New Energy Finance, de aquí a unos seis años el precio de un coche eléctrico será menor que el de uno de combustión. Y es que, desde 2010, el coste de una batería de ion-litio ha caído un 75%, hasta situarse en torno a los 210 dólares -178,5 euros- por kWh -la medida de capacidad de una batería eléctrica- y se espera que, para 2025, su precio se sitúe incluso por debajo de 100 dólares –85 euros– por kWh. Eso supone que si, hoy día, la batería de 40 kWh de un Nissan Leaf tiene un coste aproximadamente de 7.120 euros; en siete años habrá descendido hasta los 3.400 euros.

El ´coste oculto´ de los eléctricos

"Trabajo infantil, vertidos contaminantes o explotación laboral. Estas son las condiciones en las que se trabaja en algunas minas de cobalto", material básico en la fabricación de baterías eléctricas, explica Félix González Yagüe, miembro del Observatorio de Minería Responsable de la Universidad de Oviedo.

Según Yagüe, en aproximadamente el 45% de la producción, procedente de minas controladas por empresas multinacionales, "está garantizada una explotación responsable"; mientras que sobre el 40% extraído por compañías chinas no existe información suficiente. En el 15% restante, procedente de minería no regulada "hay serias dudas de qué procedimientos se siguen y fundadas sospechas de que no se cumplen los requisitos mínimos exigibles". La mayoría de estas minas se encuentran en la República Democrática del Congo, principal reserva mundial de cobalto.