Los neumáticos son uno de los elementos de seguridad más importantes en los coches, ya que se trata del único contacto directo entre el vehículo y el asfalto. Por esta razón, las autoridades y los profesionales mecánicos hacen constante hincapié en el buen mantenimiento de este componente, evitando estirar su vida útil al máximo, con el consiguiente riesgo para nuestra propia seguridad y la del resto de usuarios de la vía.

Pero, ¿qué pasa cuando los neumáticos llegan al final de su vida útil? En la actualidad existe un sistema de recogida selectiva y centros especializados de tratamiento gracias al trabajo realizado desde Signus, el sistema integrado de gestión de neumáticos fuera de uso que engloba a los principales fabricantes e importadores. Pero además de realizar esta labor, Signus nos descubre ahora un artista internacional que utiliza neumáticos usados para crear auténticas obras de arte, dándoles forma de criaturas extraordinarias.

El artista en cuestión responde al nombre de Yong Ho Ji, tiene 39 años y es surcoreano, aunque desde hace años y gracias a su fama como artista rompedor e innovador, reside en Nueva York. Yong Ho Ji reivindica la reutilización de los neumáticos para la creación de sus imponentes figuras, algunas de hasta tres metros de altura.

Las esculturas que realiza Yong Ho Ji están hechas de complejos esqueletos de hierro, madera y resinas diseñados a partir de detallados bocetos y cubiertos de tiras de neumáticos. El proceso de construcción ha alcanzado, en algunas ocasiones, hasta tres meses. En cuanto a la temática, el artista surcoreano distorsiona la realidad a partir de animales sobredimensionados, mutantes e incluso híbridos entre humanos y animales.

Así, debemos entender los neumáticos como extensiones más poderosas de los músculos de humanos y animales. Muchos ven en estas esculturas símbolos de la industrialización, que incluyen materiales industriales, desechos industriales e incluso contaminación industrial.

Con sus obras, Yong Ho Ji ya ha expuesto en ciudades de prácticamente todo el mundo como Seúl, Nueva York, Amsterdam, Hong-Kong o Abu Dhabi. "Intento producir esculturas que, a través de formas puras creadas por mí mismo, sean capaces de dar un significado por sí mismas, sin ninguna referencia a las figuras existentes en la realidad. Desde luego que solo Dios es capaz de crear algo de la nada, pero yo me fijé en la cantidad de materiales de lo más diverso que se han reutilizado para crear algo nuevo en el arte contemporáneo", explica el artista.