Con la entrada en vigor del Acuerdo de París, la comunidad internacional (con la excepción de Estados Unidos) se ha comprometido a avanzar hacia una economía moderna baja en carbono. Los nuevos límites de emisiones de CO2 apuntan directamente a la industria automovilística, ya que los vehículos gasolina y, sobre todo diésel son considerados como uno de los elementos más contaminantes, lo que ha provocado que numerosas ciudades europeas hayan comenzado a implementar importantes restricciones al tráfico dentro de sus 'protocolos anticontaminación'.

Por esta razón, la Comisión Europea ha propuesto nuevos objetivos para las emisiones medias de CO2 de la flota europea de nuevos turismos y furgonetas, que deberá conseguir de aquí a 2030 que sus vehículos contaminen un 15% menos en 2025 y un 30% menos en 2030 respecto a 2021. La nueva medida obliga a que los nuevos coches matriculados en la Unión Europea no emitan más de 95 gramos de CO2 por kilómetro en el año 2021, 80 gramos en 2024 y 66,5 gramos por kilómetro en 2030.

Este paquete de medidas tiene por objetivo mantener las cuotas de mercado, ya que las ventas de automóviles nuevos de la Unión Europea en relación con las ventas mundiales han reducido un 20% en la actualidad, y acelerar la transición hacia vehículos de baja emisión y cero emisiones. Los automóviles nuevos que se vendieron en España durante 2016 registraron un promedio de emisiones de CO2 de 114,4 gramos por kilómetro, un 0,8% menos respecto a 2015.

Antes de ser aprobada en 2019, la nueva normativa deberá pasar por el Consejo y el Parlamento. "Nuestros objetivos son ambiciosos, rentables y ejecutables. Con los objetivos intermedios 2025, ya iniciaremos las inversiones. Con los objetivos 2030, estamos dando estabilidad y dirección para mantener estas inversiones", ha explicado el comisario de Acción de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete.