Apenas finalizado el periodo de consulta pública sobre el Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático presentado por el Ayuntamiento de MadridGANVAM, que representa a más de 7.000 empresas relacionadas con el sector del automóvil, ha querido recoger la invitación del Ayuntamiento madrileño de participar en el consenso para construir un 'Plan B' que represente a todos los madrileños y mejorar así el denominado ya como 'Plan A' de Calidad del Aire.

Los vendedores de vehículos consideran que este plan, que busca reducir el tráfico privado del orden del 25%, no ataca la verdadera raíz del problema que es la antigüedad del parque automovilístico. El informe del Ayuntamiento carga contra el tráfico rodado, obviando que ha contribuido tres veces más que otros sectores a recortar las emisiones de partículas contaminantes con el desarrollo de tecnologías más eficientes.

Según GANVAM, mejorar la calidad del aire no puede limitarse a restringir de forma general el uso del vehículo privado, máxime cuando existe un distintivo medioambiental que discrimina los coches en función de su potencial contaminante. De hecho, el informe del Ayuntamiento de Madrid reconoce que las calefacciones centrales, así como el impacto negativo que la propia actividad urbana, a través del asfalto y las fachadas, causa sobre el cambio climático al elevar la temperatura media de la ciudad, son dos de las fuentes más perjudiciales para la calidad del aire.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid centra su plan de acción casi en exclusiva sobre la limitación del tráfico rodado y no propone planes de acción en otros sectores. Así, el informe del consistorio pierde de vista el objetivo principal, que es reducir la contaminación, y confunde los fines que las distintas medidas restrictivas del tráfico pueden llegar a alcanzar.

Limitar la velocidad a 70 kilómetros por hora en la M-30 y accesos a Madrid para disuadir a los conductores de entrar en la ciudad y al mismo tiempo permitir circular a 100 kilómetros por hora en la M-40 (periferia) es incoherente y evidencia que lo que se busca es reducir la congestión y no las emisiones. Por otro lado, las restricciones de aparcamiento a los no residentes para hacer del centro de Madrid una zona libre de emisiones tampoco reducirán la contaminación. Al prohibir el aparcamiento no se elimina el tráfico de paso sino que se generan problemas de acceso en situaciones cotidianas y necesarias.

"El Plan A debería ser hacerlo bien, pero para nosotros el Plan B siempre es hacerlo mejor. Restringir el uso del coche privado, reducir la velocidad o limitar el aparcamiento no pueden ser las únicas soluciones para rebajar la contaminación. El Ayuntamiento de Madrid está confundiendo de manera interesada vehículo privado con vehículo contaminante. Sin duda, estamos de acuerdo en que la movilidad debe ser una cadena de medios sostenibles, pero ¿quién dice que el coche no lo sea? ¿acaso un coche de bajas emisiones no lo es? Por tanto, hay que atacar a la raíz del problema: el envejecimiento del parque", afirmó días antes de su fallecimiento el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres.