Para vacacionar de forma solidaria, dedicando el tiempo libre a quien más lo puede agradecer, no hace falta mudarse de continente, ni si quiera de casa. Un año más, este verano se esperan 4.000 niños saharauis en España, procedentes de jaimas y casas de adobe de la Hamada argelina, conocido como el peor desierto del mundo, donde las temperaturas, en esta época del año, superan los 50 grados.

Es la iniciativa Vacaciones en Paz, un proyecto solidario con el pueblo saharaui, en cuyo marco se acogen temporalmente niños procedentes de los Campamentos de Refugiados Saharauis en Tindouf, Argelia. En su estancia en nuestro país, a estos niños los acogerán familias españolas. Tendrán la oportunidad de hacerse revisiones médicas que son inviables en los campamentos de refugiados, mejorarán su dieta, estudian, mantienen encuentros interculturales en campamentos.

Desde que Marruecos ocupó el territorio del pueblo saharaui en 1975, éste vive en el exilio. Hoy son más de 150.000 los saharauis que viven en los campamentos de refugiados, dependiendo de la ayuda humanitaria y a la espera de que se celebre el referéndum de autodeterminación que les permita volver a su tierra, un derecho que les reconoce Naciones Unidas.

Fue en el verano de 1979, gracias a la colaboración entre en Frente Polisario y el PCE, cuando llegaron a España los primeros cien niños y niñas saharauis, que se repartieron en tres comunidades: Andalucía, Valencia y Cataluña. La iniciativa surgió con el objetivo de  apartarlos temporalmente de la realidad de los campos de refugiados, de la guerra y de las duras condiciones del desierto durante los meses de verano. La experiencia resultó tan positiva que a mediados de los años 80 se puso en marcha el programa Vacaciones en Paz, el proyecto estrella de los que desarrollan las diferentes Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui en España.