Lo han publicado dos de los periódicos más antiguos de Corea del Sur, afirmando que "las autoridades han identificado hogares con perros de compañía y los están obligando a entregarlos o confiscarlos por la fuerza y ​​sacrificarlos. A algunos de ellos, afirma el periódico, los llevan a zoológicos estatales o los venden a restaurantes de carne de perro.

La medida se produciría en medio de un creciente malestar civil por la economía en declive, la pandemia de Covid-19 y las recientes inundaciones. Al confiscar los perros, Kim Jong-Un pretende, a juicio del periódico surcoreano, acabar con un "símbolo" de la desigualdad económica (en ese país, tener perro es propio de las clases burguesas) y contribuir a resolver la crisis alimentaria.

El Daily NK, un periódico surcoreano que informa sobre Corea del Norte basado en una red de informantes del Norte, indica que todo apunta a que los perros de más de 15 kg se están comprando en Corea del Norte para abastecer de carne a los restaurantes de Pyongyang. Los propietarios reciben un certificado en lugar de dinero, lo que les permitirá obtener un reembolso ​​con aceite y arroz en octubre.

Servir carne de perro ha sido una tendencia a la baja en Corea del Sur, pero el plato sigue siendo popular en China y Corea del Norte. Según el Daily Mail, la ONU informó recientemente que hasta el 60% de la población de 25,5 millones de Corea del Norte sufre actualmente escasez de alimentos.