Hay una locución que define algo habitual en terreno científico: que a las investigadores las eclipsen sus colegas hombres. Es el 'Efecto Matilda', y se cometió, por ejemplo, con Nettie Stevens, que fue quien descubrió los cromosomas sexuales; con Rosalind Franklin, que descubrió la estructura de doble hélice del ADN); o con Lise Meitner, una mujer que investigó en radiactividad y física nuclear.

La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) ha puesto en marcha, con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, Gettingbetter Creative Studio, Dos Passos Agencia Literaria y Comunicación y producción de Kamestudio, la iniciativa #NoMoreMatildas, para dar a conocer el Efecto Matilda y recuperar el protagonismo de esas científicas que nunca debieron ser invisibles.

Según distintos estudios de la Universidad de Valencia y de la Complutense de Madrid, los libros de texto de la ESO apenas contienen un 7,6% de referentes femeninos frente a sus homólogos varones y un 12% en las citas de trabajos académicos. Además, según datos de la Unesco, el porcentaje de mujeres en carreras científicas se reduce al 28,5% aunque lo más preocupante es el descenso de esta proporción.

La propuesta persigue incrementar las referencias al trabajo de las científicas en los libros de texto escolares de Primaria, ESO y Bachillerato. Una manera, a su juicio, para despertar la vocación científica en las niñas y contrarrestar los estereotipos que hacen desaparecer, en sus ‘posibles’, la profesión científica.

El proyecto se ha iniciado con la publicación de tres biografías imaginarias de Einstein, Alexander Fleming y Schrödinger que no están a la venta, pero que pueden descargarse en la web www.nomorematildas.com. Firman los prólogos de los textos las escritoras y periodistas Ángeles Caso y Carme Chaparro, y la catedrática de Química Inorgánica y presidenta de AMIT-Andalucía, Adela Muñoz Páez. En los libros han colaborado Nöel Lang e ilustraciones de Rodrigo García Llorca.