Parece que el termómetro se ha invertido. Ayer, martes, se registraron en España temperaturas insólitas en un mes de febrero. Se batió récords de calor con cielos despejados en toda España y temperaturas entre 5 y 10 grados centígrados más altas de lo normal, alcanzando los 20 grados en parte de la Península, en un mes que, eso sí, suele ser algo impredecible en cuanto a su meteorlogía.

Ya el sábado, según los datos de la red de estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se habían producido otros dos hitos: el termómetro marcó 21,2 grados en Soria, que vivió el día de invierno más caluroso desde 1944, año en que comienza la serie histórica en ese lugar, y en Zaragoza la temperatura máxima fue de 23,1 grados, un valor que no se registraba en invierno desde 1951. El domingo también fue un día históricamente caluroso porque Orense tuvo 25,0 grados de temperatura máxima, nuevo récord desde 1973 y dos décimas más alta que la registrada el 25 de febrero de 2000.

La tendencia es generalizada en toda Europa. En Gran Bretaña se están superando temperaturas de 20 grados, en Francia los 21 grados y en Bélgica los 18. La situación se vincula a la circulación atmosférica que se instaló en los últimos días, y que perdura. A Europa la ha alcanzado aire cálido de origen tropical o subtropical en esta recta final de febrero. Estos vaivenes atmosféricos suelen ocurrir en febrero. En general, los científicos son reticentes a atribuir únicamente al cambio climático este ascenso de temperaturas, al menos antes de hacer una valoración más profunda del fenómeno climático concreto.