Hace unos días os hablábamos de la dura historia de la orca que fue empujando el cadáver su cría durante miles de kilómetros. Ahora sabemos que es el síntoma de la comunidad de cetáceos más amenazada del planeta. Tanto que una organización ecologista ha decidido demandar a la administración Trump.

Sí, tiene la culpa de todo

El Centro para la Diversidad Biológica no ha encontrado otra alternativa. La institución ha puesto una demanda ante la corte de Seattle en la que denuncia al gobierno por desproteger el hábitat de las orcas en el noroeste del Pacífico.

Es tan grave la situación, que los científicos estiman que solo quedan 75 ejemplares. Esto supone la cifra más baja de animales en los últimos 30 años. El caso de J35, la orca en duelo, ha servido a los ambientalistas para llamar la atención sobre esta comunidad de cetáceos. 

Para los expertos que monitorizan e estado de este grupo menguante, la situación es límite. Están muriendo de hambre y de estrés, aseguran. Cada día que pasan sin protección es un paso más hacia la extinción, denuncia. 

Hambre y estrés

La escasez de salmón, el tráfico marítimo y la contaminación del agua son las causas de la situación de las orcas en el noroeste del Pacífico. Por eso los ecologistas piden al menos una moratoria de pesca y el desvío de los grandes barcos que cruzan la zona. 

Lo más grave es que el proceso de protección se inició en 2015. Entonces se aprobó la ampliación del área de reserva de la zona, un incremento que incluía la zona de las orca. Sin embargo, la administración Trump no ha hecho nada para que ese acuerdo se haga realidad. Y eso es lo que demandan las organizaciones demandantes.