Cuando el agua se retira llega el momento de comprobar los daños. Las pérdidas materiales y sobre todo las humanas. Pero hay más. Mucho más. Entre los efectos del paso del huracán Florence por Estados Unidos, al menos 3,4 millones de animales de granja perecieron ahogados.

La cifra puede subir

Y es solo el principio. Un número no mucho menor está en peligro de morir en los próximos días a causa del agua, el hambre o las enfermedades que sus compañeros de rebaño muertos pueden transmitirles.

Más de 5.500 cerdos y 3,3 millones de gallinas y pavos perecieron bajo las aguas en tan solo tres días. Sin duda es imposible hacerse a la idea de lo que esos números suponen.

El motivo es que las dos Carolinas, donde se cebó el paso del tornado, es la reserva de pollo del país que más pollo consume del mundo. En aquella zona se suceden las granjas de cría de estos animales. Una sola de estas granjas, Sandersons Farms, ha perdido nada menos que 1,5 millones de pollos. En total se vieron afectados 60 de sus corrales.

Millones de animales aislados

Pero es solo la punta del iceberg. Responsables técnicos de la compañía están tratando de acceder a otros corrales en los que se encuentran otros seis millones de animales. Desconocen el estado en el que se encuentran aunque no creen que vivan mucho si no lograr llegar pronto.

Son los demoledores efectos de Florence que se llevó la vida de 37 personas y dejó un reguero de destrozos que, de momento ha sido estimado en 17 millones de dólares.

Por otro lado está el debate de las condiciones de las instalaciones para animales de granja en el caso de los cada vez más frecuentes impactos ambientales. Casi dos millones de animales murieron a causa del huracán Matthew y miles de vacas sufrieron la misma suerte tras el paso del Harvey por Texas.