La situación está lejos de ser segura para los elefantes. Aunque su protección aumenta y, esta es la clave, el comercio de marfil esté prohibido y perseguido, algunas noticias son alarmantes. Como las más de ocho toneladas de colmillos de este animal que acaba de incautarse la policía china. 

El alijo se detectó en la oficina de aduanas de la provincia Anhui, al este del país asiático. En total se recuperaron 2.748 colmillos de elefante. En la operación se detuvo a 26 sospechosos de tráfico ilegal de marfil. Se trata de una operación conjunta de las autoridades de tres provincias chinas y supone uno de los alijos de este tipo de mayor tamaño capturado hasta la fecha.

Las investigaciones se centraron en 62 contenedores de madera que salieron de una ciudad remota. Por la forma en la que los colmillos iban embalados, las autoridades piensan que no es la primera vez que introduce en el país este tipo de cargamento.

Este hecho pone de relieve la fina línea en la que se mueve este comercio, y por lo tanto, la vida de los elefantes salvajes. Por un lado, las autoridades chinas se afanan en detener el tráfico de marfil y, como vemos, en combatirlo.

Por otro lado, el material sigue teniendo una fuerte demanda. Y la escalada de precios generada por la prohibición hace que sea un elemento todavía más atractivos de toda la cadena. Desde los cazadores furtivos hasta los traficantes ilegales. 

De fondo, los al menos dos millares de animales que ha sido abatidos para que un cargamento como el capturado en China. Algo que puede explicar que, desde 2007 a 2014, se hayan perdido el 30 por ciento de este magnífico animal.