España está a la altura de los avances científicos internacionales, pero sin más inversión económica, el sector está en peligro. Lo ha afirmado en una rueda Rosa Menéndez, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), antes de participar en el primer gran encuentro de científicos de esta institución, recordando que aunque la crisis ha afectado mucho a la investigación, “la ciencia no ha parado”, gracias al esfuerzo de los científicos del organismo y a que “teníamos equipamiento de la etapa anterior”.

Muchos de los proyectos que se han desarrollado en España en estos diez años desde que estalló al recesión se han financiado desde Europa, y mediante colaboraciones con otros países y con empresas, pero “si queremos mantener el nivel de producción, hay que reforzar los recursos. Si no, en cuatro o cinco años esto será insostenible”, ha predicho la investigadora, que ha recordado también que, desde 2011, el CSIC ha perdido casi un 30% de la plantilla, y que actualmente cuenta con unos 11.000 trabajadores, 3.000 de ellos científicos. Son plantillas están “muy envejecidas, tanto que si no se refuerzan pronto, tendremos que cerrar centros”.

En suma, para Menéndez el problema de la ciencia en España es que el sistema no es capaz de retener el talento porque la oferta de empleo pública es escasa, y hay poco que ofrecer a los jóvenes científicos. “Es importantísimo que seamos capaces de mantener a nuestros jóvenes pero también que podamos contratar a los científicos extranjeros y reforzar nuestra plantilla y atraer a los mejores”. La científica se ha mostrado confiada en que antes de final de año, el Gobierno tendrá listo un paquete de reformas que contemple “si no todas, al menos gran parte” de las reclamaciones del CSIC.