¿En el siglo XVII, considera Ratzinger que se puso en marcha por parte del Tribunal del Santo Oficio un proceso brutal contra el astrónomo Galileo Galilei, un humanista del Renacimiento, porque sostenía la gravísima herejía de que el planeta tierra era redondo y giraba alrededor del sol? En aquel tiempo, la Inquisición pisoteó la ciencia e instigó cuanto pudo a Galilei.

Más de tres siglos
Han transcurrido más de tres siglos y los enfrentamientos del Vaticano con la Ciencia continúan produciéndose. La fe de los monseñores y de sus feligreses intenta cada dos por tres frenar no pocos de los avances científicos. Los litigios son diversos y muy significativos. La fecundación in Vitro saca todavía de sus casillas a los  jefes de la clerecía, instalados en sus teorías bizantinas. La Iglesia católica, tan contraria al aborto, se niega, en cambio, a avalar la ciencia médica que ha hecho posible la mencionada fecundación. No bendicen este método fértil en cuanto al número de niños y niñas venidos así al mundo.

Instrumentos pecaminosos
Quieren, por lo visto, controlar ellos los nacimientos y, por cierto, también las muertes. Ni eutanasia ni muerte digna gracias a los paliativos, que son contemplados a menudo como instrumentos pecaminosos y, si no, que se lo pregunten al doctor Montes, al que zumbaron e insultaron los periodistas cavernarios, al servicio de Génova 13 y de los jerarcas eclesiásticos. Reapareció otra fórmula de la Inquisición que los ultramontanos utilizan sin complejos.

Casi todo les parece malo
Los obispos –tampoco Benedicto XVI-  no quieren ni oír nada relativo a las investigaciones con células madres embrionarias. Todo, casi todo, les parece malo a los máximos dirigentes del catolicismo. ¿Tendremos que recordar –en tono menor en cuanto a la ciencia- que utilizar condones, según ustedes, es algo malvado? Pero, en general, el uso de otros preservativos también está condenado públicamente por los capellanes y sus superiores. Juan XXIII, en una de sus intervenciones en el Concilio Vaticano II, acusó a quienes, desde dentro de la Iglesia, actúan como “profetas de las tinieblas, que están siempre pronosticando desgracias”. ¿Puede extrañar que, fallecido el buen Papa  Roncalli, su memoria haya ido desapareciendo de forma deliberada porque sus sucesores no soportan el catolicismo progresista?

El totalitarismo político
Benedicto XVI ha añadido a su advertencia sobre la ciencia sin límites –él y los suyos querrían poner y quitar los límites- que si se elimina toda referencia a Dios se puede llegar al totalitarismo político. ¿A qué alude Su Santidad? ¿Señala Ratzinger el totalitarismo político de Adolf Hitler, con quien el entonces cardenal Eugenio Pacelli, y nuncio en Berlín de Pío XI,   firmaron un concordato? ¿O señala el totalitarismo político de Benito Mussolini  que firmó un concordato, conocido como el Pacto de Letrán en 1929 con Pío XI y pidió a los italianos que votaran al Partido Fascista? ¿O bien apunta al totalitarismo de Francisco Franco con el que Pío XII selló el Concordato de 1953?

No se equivoque, Su Santidad
Sólo le rogamos a Su Santidad una cosa. Diga usted lo que crea más oportuno o pertinente en estos sus días de gloria madrileña. Pero, por favor, desde ELPLURAL.COM, le pedimos que no se equivoque. No somos -ni procuramos ser nosotros, ni menos aún nuestros miles y miles de lectores- pardillos,  analfabetos o simplemente tontos. Tampoco lo son la mayoría de españoles. Por lo demás, váyase en paz, Sumo Pontífice. Amén.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM