Cualquiera puede pensar que el Everest es la última zona virgen del planeta. Llegar a semejante altura, garantiza que esté libre de contaminación humana. Nada más lejos de la realidad. Desde hace tiempo venimos conociendo la enorme cantidad de basura que se acumula en la zona. Y ahora, han retirado nada menos que 2,3 toneladas de excrementos humanos del Everest.

30 personas a 8.000 metros
Son parte de los más de las 8 toneladas de basura que un equipo internacional ha retirado de la montaña. Un grupo de 30 personas que ha acometido la titánica tarea de limpiar a 8.000 metros de altura.

Son los restos que van dejando los cientos de equipos de escalada que cada año acampan en el área para preparar y acometer la escalada de la montaña más alta del mundo. En concreto, el pasado año 200 alpinistas establecieron sus campamentos en el lado tibetano y 450 en el tibetano. 

Las lógicas falta de infraestructuras en la zona y la poca conciencia de los escaladores hace que la basura que vaya acumulando. Incluidos los excrementos humanos que se encuentran desperdigados por toda la zona de acampada.  

Multa por ensuciar

Tanto es así, que las autoridades crearon una normativa en 2015. Cada montañista recibe dos bolsas de basura con capacidad para 8 kilos. Si cuando el alpinista deja la zona, las bolsas no están llenas, recibe una multa de 100 dólares

Se intenta de esta forma que no solo recojan sus desperdicios, sino también que colaboren en la limpieza general de la zona. Aunque hasta ahora, según esas mismas autoridades, no ha sido necesario multar a ningún visitante, lo cierto es que la cantidad de basura que ya estaba en el área continuaba siendo alarmante.