Todavía no somos conscientes de las ventajas competitivas que a medio plazo van a obtener los países que apuesten por las renovables. Pero cada vez son más los estados que logran una tasa de 100% en producción y consumo energético de este tipo, como ahora sucede con Costa Rica.


En el buen camino

La nación centroamericana esta logrando un éxito tan rotundo en la generación de energía limpia que ya se plantea prohibir los combustibles fósiles. Y hacerlo en un plazo de tiempo muy breve. En concreto, ha puesto la fecha de 2021 para la eliminación total de emisiones a la atmósfera. 

No se trata de un plan descabellado para un país que a día de hoy obtiene la mayor parte de la energía de plantas solares fotovoltaicas y eólicas. Aprovechan las condiciones climáticas para generar energía renovable y han diseñado sistemas que además permiten un uso altamente eficiente. 

Impulso electoral

Evidentemente no todo es tan color de rosa, o verde mejor dicho. Coches, cambios y autobuses siguen moviéndose con combustible fósil. Estos consumos suponen una importante fuente de ingresos para Costa Rica a través de los impuestos con los que están cargados esas fuente de energía. Prácticamente un cuarto de la financiación del país proviene de esas tasas.

Sin embargo, la apuesta por las renovables fue uno de los elementos centrales del discurso que llevó al nuevo presidente al cargo. Carlos Alvarado Quesada presentó el plan no solo con un enfoque medioambiental, si no también aludiendo a las oportunidades y ventajas competitivas que para la nación supondría la apuesta por el cambio de modelo. Su triunfo electoral ha sido interpretado como un respaldo de la población a su programa energético. Tanto fue así, que este asunto ocupó buena parte del discurso inaugural del nuevo mandatario.