Tres años antes de que sea obligatorio, la cadena de supermercados alemana Lidl ha decidido dejar de vender bolsas de plástico. Hasta hoy, muchos comercios se habían adaptado ya a la nueva normativa que entrará en vigor en julio de 2018 por la cual si el cliente quiere una bolsa de plástico, tendría que pagarla. Se trataba así de reducir su uso al máximo, o mejor dicho, al mínimo imprescindible, y fomentar que los consumidores eligieran llevar bolsas reutilizables de tela o materiales más sostenibles.

Sin embargo, Lidl anunció hoy que dará un paso más que su competencia, en una decisión valiente, y no esperará a la prohibición para erradicarla de sus tiendas.

Lidl cuenta con 550 tiendas en España y al menos en las 23 de ellas que operan en Baleares ya no es posible encontrar las bolsas de plástico. La prohibición por ley no entrará en vigor hasta el 1 de enero de 2021.

De esta retirada solo se salvarán las bolsas que se utilizan para comprar los productos a granel, que también estudian cómo sustituirlas.

Un negocio de 1,5 millones de euros

Curiosamente, cuando los comercios comenzaron a vender las bolsas de plástico en lugar de regalarlas, al no hacerlo a su precio de coste, los establecimientos empezaron a tener ingresos considerables por este producto. Se estima que Lidl dejará de ingresar con su venta aproximadamente un millón y medio de euros al año. Ahora, tendrá que compensar las pérdidas con las bolsas de rafia, reutilizable, que vende por 0,50€. O tal vez por el aumento de clientes que premien su política verde.

Lild asegura que con esta política, se reducirán 1.000 toneladas de plástico en el medio ambiente, y se apoya en una infografía para razonar su decisión.