No sabemos si un emprendedor nace o se hace, lo que sí sabemos es que no se aprende en los colegios. Precisamente por eso, Starters Bootcamp ha creado unos campamentos de verano orientados a entretener y divertir a chicos y chicas, al mismo tiempo que les enseña la filosofía del emprendimiento, sus técnicas y recursos. Una filosofía que no solo se enfoca a que en el futuro se conviertan en empresarios, sino que les capacita con habilidades para la vida.

Hemos entrevistado a Fernando Redondo Zamoranouno de sus fundadores, para que nos explique un poco más en qué consisten estos campamentos para emprendedores y cómo surgió la idea.

¿Qué os llevó a emprender vosotros mismos con Starters?

Starters surge como uno de los proyectos que desarrollamos para alcanzar los indicadores económicos y poder aprobar el grado Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN) de la universidad de Mondragón.

Al igual que LEINN surge para que el grupo Mondragón pueda autonutrirse de perfiles con las aptitudes suficientes para resolver los retos que se les presentan a las empresas de este grupo.

Starters surge porque identificamos que en este momento, el futuro que se nos presenta es muy incierto, de aquí a diez años no sabemos que nuevos puestos de trabajo van a surgir y mucho menos cuáles van a ser los perfiles y las habilidades para poder llevarlos a cabo.

Esto a su vez, conlleva que muchos de los puestos de trabajo que conocemos hoy en día desaparezcan. A este futuro incierto, se suma el dinamismo laboral en el que nos vemos inmersos, el cual se debe a la gran cantidad de nuevas tecnologías que van surgiendo que rápidamente dejan lo anterior obsoleto. 

Estos dos factores (futuro incierto y dinamismo laboral) provocan que las personas tengamos que empezar a obtener y desarrollar una serie de habilidades que nos permitan reinventarnos y adaptarnos con mucha más facilidad y agilidad, a la gran sucesión de cambios que se dan en la sociedad, cada vez con más frecuencia. 

Sabiendo todo esto, pudimos identificar que hay dos necesidades claras en la sociedad, por una parte, que los jóvenes empiecen a aprender a aprender y a pensar, y por otra parte, que los jóvenes empiecen a resolver retos y problemas a los que nunca se han enfrentado y para los que en el colegio tampoco se les está preparando. 

Explícanos el proyecto Starters para que podamos entenderlo

Starters es un bootcamp enfocado a jóvenes de 14 a 18 años, en el que queremos generar el entorno adecuado para que como exponía anteriormente, éstos aprendan a pensar, a aprender y a resolver problemas a los que nunca antes se han enfrentado.
 En equipos de 5 personas los participantes desarrollarán un proyecto durante 11 días. Lo harán 
a través de un programa organizado e impartido por expertos de diferentes ámbitos, quiénes aportarán una píldora de teoría a los equipos para que luego puedan aplicarla de una forma rápida y real a su proyecto, de forma que los conocimientos y aprendizajes quedan afianzados en los jóvenes.


Siguiendo este proceso los participantes desarrollan un total de 13 habilidades personales (soft skills) que les van a servir en su futuro laboral, independientemente del perfil que desarrollen y del sector al que se dirijan.

Estas habilidades son: 

  • Desarrollo pensamiento creativo
  • 
Creación de procesos de ideación
  • 
Creación de modelos de negocio
  • 
Empatía
  • 
Testeo y mejora
  • 
Prototipado
  • 
Gestión de conflictos

  • Autoliderazgo y organización

  • Trabajo en equipo
  • 
Branding

  • Marketing Digital y landing page
  • 
Preparar una presentación con impacto
  • Comunicación neurolingüística 

Además a partir de toda esta experiencia los participantes se dan cuenta de que el proceso de aprendizaje no es algo que se pueda limitar al instituto o a la universidad, sino que es algo que debe estar presente a lo largo de toda nuestra vida, ya que de otra forma las personas acabarán quedando obsoletas, al igual que las máquinas. 

¿Cuáles son los objetivos finales de un programa como Starters?

El primer y principal objetivo que tenemos con Starters es que este tipo de educación sea abierta para todo el mundo y que no por tus condiciones socio-económicas no puedas participar. Por ello, nuestro modelo de negocio se basa en que las plazas del bootcamp sean financiadas por empresas y ofrecerlas en forma de becas a diferentes fundaciones. De esta forma, las empresas se comprometen y apuestan por las futuras generaciones, ya que si no son ellas las que lo hacen ahora, serán las más afectadas en el futuro. 

En esta II edición, hemos podido conseguir financiación para 70 de las 100 plazas que ofertamos. 

Por otro lado, nuestro objetivo es que el modelo educativo actual se empiece a adecuar cada vez más a las necesidades de las empresas, ya que son o deberían ser éstas los motores de la economía y la empleabilidad de un país. Consiguiendo así, perfiles mucho más preparados para el mundo laboral y con muchas más facilidades de ostentar el puesto de trabajo que quiere y para el que se ha preparado. 

¿Qué es lo más interesante de un proyecto así?

Sin duda lo más divertido es trabajar con los participantes en el bootcamp. El trabajo de campo que haces con ellos mano a mano, y ayudarles a idear y desarrollar un proyecto es sin duda lo más interesante.
 Aunque toda la fase previa de preparación, también me resulta muy amena y divertida. 

Si formáis emprendedores, la pregunta es obligada ¿Cuál es vuestro modelo de negocio?

Como decía anteriormente, nuestro objetivo es que sean las empresas las que apuesten y se mojen de verdad, siendo ellas las que financian las becas para los jóvenes.
 Por otro lado, no hemos podido completar nuestro objetivo de ofrecer 100 becas, consiguiendo tan solo 70 que se ofrecen a diferentes fundaciones. 

Las otras 30 plazas las abrimos al público para que pueda apuntarse cualquier persona, siendo el particular en este caso el que paga. 

¿Cuáles son los siguientes pasos que piensa dar Starters?

Está claro que en España hay un problema grave de titulitis y ha quedado evidencia de ello con todos los casos de títulos fraudulentos que han salido a la luz recientemente.
El problema es que la gente tiene muchos títulos y muy pocas habilidades que puedan desempeñar en un puesto de trabajo. 

Creemos que una de las cosas que va a cambiar mucho debido a esta causa será la universidad.

¿Qué sentido tiene estudiar un grado de 4 años en el que apenas desarrollas una habilidad? Pudiendo estudiar cuatro microgrados de 1 año en los que desarrolles una habilidad muy concreta que de verdad te sirva, te aporte facilidades y este orientada al mundo laboral y las empresas, sobre todo al puesto de trabajo al que tú te diriges. De esta forma, las empresas jugarán un papel mucho más importante, teniendo mucha más accesibilidad al talento y pudiendo incorporar de forma más temprana a los estudiantes dentro sus procesos de trabajo. 

Por lo que de momento, nosotros estamos siguiendo muy de cerca toda esta escena para detectar dónde de verdad podemos satisfacer una necesidad y posicionarnos ahí. 

Ahora que te dedicas a formar emprendedores, cuéntanos cómo te formaste tú y cómo llegaste hasta aquí.

Al igual que mis compañeros Diego, Bruno, Sergio y María, los 5 veníamos de un bachillerato de Economía, por lo que teníamos medio claro que queríamos hacer un grado universitario que tuviera que ver con el mundo de la empresa. Sin embargo, no queríamos seguir el modelo tradicional, por el que se rigen la mayoría de universidades y el cuál consiste en una serie de clases teóricas en las que el alumno debe coger unos apuntes que tendrá que memorizar y expulsar en un examen escrito u oral, sin realmente haber interiorizado ni afianzado ninguno de los conocimientos y aprendizajes obtenidos, es decir, antes y después del examen tengo las mismas habilidades, lo único que me diferencia es una nota. 

Por todo esto, entramos al grado Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN) de la universidad de Mondragón, pero en el lab de Madrid, dónde Teamlabs se encarga de impartir el grado. 

Realmente es un grado bastante innovador dentro del ámbito nacional, ya que se basa en la metodología de “aprender haciendo”, es decir, en la pura práctica. Desde el primer momento que entramos a formar parte del grado, nuestra primera misión es establecer unas bases de equipo, ya que, en vez de dividirnos por clases nos dividimos por empresas y cada equipo tiene que identificar unos valores para la posterior constitución de la sociedad. Este proceso de constitución lo hacemos de una forma totalmente real, no se trata de una simulación, tenemos que ir al Registro Mercantil a constituirnos y luego a Hacienda para conseguir un NIF, por lo que actuamos como cualquier otra empresa que podamos imaginar. 

Dentro de la empresa que montamos surgen diferentes proyectos, ya que cada año tenemos que alcanzar una serie de indicadores económicos impuestos por la universidad y que van incrementando año a año, siendo cada año más difícil y exigente. Esto se refleja en el equipo, en nuestro caso empezamos 21 y hemos menguado a 17. El mundo de la empresa y del emprendimiento no son ningún camino de rosas, hay que luchar y sufrir mucho antes de obtener resultados esperados.