La movilidad del futuro será eléctrica o no será. Ya nos hemos habituado a los coches eléctricos y antes a los trenes. Ahora Noruega apuesta por extender este sistema de propulsión a los aviones. 

3,5% de las emisiones 
La aviación comercial supone una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. En concreto se calcula que por cada tonelada de combustible quemado por un avión se liberan 3,15 toneladas métricas de CO2. En total, los aviones serían responsables del 3,5% del total de emisiones que están causando el cambio climático. 

Son los motivos que han llevado a Avinor, la agencia responsable del tráfico aéreo en el país escandinavo a lanzarse al diseño de aviones eléctricos. Como en todos los casos, el gran reto es el de la autonomía. Por eso, la agencia espera poder comenzar  con los vuelos domésticos.

Se trata de un proyecto a medio plazo. La propia agencia estima que no antes de 2030 tendrán lugar los primeros vuelos comerciales con cero emisiones. Confían en que el desarrollo exponencial que actualmente experimenta la industria de la movilidad eléctrica contribuya con baterías más pequeñas y con mayor carga. No en vano, hace menos de una década los vehículos eléctricos eran solo un proyecto en papel y hoy recorrer las carreteras de todo el mundo.

Primer vuelo este año
En cualquier caso, este mismo año esperan que remonte el vuelo el primer avión eléctrico en el país. Se tratará de una aeronave con una autonomía de 130 kilómetros y que tardará aproximadamente una hora en recargar sus baterías. 

Los responsables del proyecto ven ventajas a la aviación eléctrica más allá de la reducción del impacto medioambiental. La aplicación de la electricidad a la aviación comercial redundará también en una reducción de costes en los billetes y a un aumento de la seguridad aérea al eliminar el costoso e inestable combustible fósil.