Cinco días después de que se publicaran las grabaciones en las que Corinna zu Sayn-Wittgenstein da a entender que Juan Carlos I tiene cuentas en Suiza y que la utilizaba a ella como testaferro, el rey emérito ha reaparecido en público. Lo ha hecho en Sansexo, en una regata social en la que compite con su yate Bribón.

Juan Carlos reaparece pero no da la cara. De hecho, el monarca ha estado más de una hora encerrado en su coche para no tener que verse la cara con la prensa.

Fue por la mañana cuando el rey emérito llegó al club náutico, donde se encuentra amarrado su velero, en el asiento del copiloto de un todoterreno plateado. Pero, contra su costumbre, no se bajó del coche para hacer a pie el recorrido hasta su barco, saludando y estrechando manos. Seguramente ante el gran numero de medios de comunicación allí congregados. Mientras los responsables de la regata dilucidaban si suspenderla o no, cosa que la final ocurrió por la falta de viento, el Emérito permaneció sentado más de una hora en el interior de su coche. Cuando se confirmó que la prueba no se iba a celebrar, abandonó el recinto del náutico y ya no se le volvió a ver, informa el diario ‘El Mundo’.

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