Debido a que los deportes electrónicos han surgido hace poco tiempo y se crecimiento ha sido tan rápido, todavía no existe medidas especificas para regular todos los aspectos de este nuevo sector. Por este motivo, algunas veces los equipos llevan a cabo una serie de acciones que posteriormente quedan fuera de la legalidad.

Este ha sido el caso de uno de los clubs de deportes electrónicos más importantes de todo el mundo. Cloud9 se fundó en el año 2013 de la mano de Jack Etienne. El equipo comenzó compitiendo únicamente en League of Legends, y actualmente cuenta con equipos profesionales para múltiples juegos como Counter Strike, Rocket League, Rinbow Sixm Fortnite o Super Smash Bros.

Ahora Cloud9 se ha establecido como uno de los equipos más importantes en lo que a nivel económico se refiere, contando con una valoración estimada de unos 400 millones de dólares.

Esta sanción ha venido determinada por un echo que tuvo lugar en el año 2017 cuando no había una regulación sobre que los jugadores pudiesen ser participes de acciones del club para el que compiten. Esta normativa se añadió en el mes de noviembre de ese mismo mes y regulaba un aspecto que se hacía con normalidad dentro de muchos equipos.

De este modo la League of Legends Championship Serires, más conocida como LCS, prohibió que los jugadores pudieran convertirse en propietarios como ya había sucedido en ocasiones anteriores como en con el caso de Andy Dihn o George Georgallidis, más conocido como ‘HotshotGG’ un exjugador de Counter Logic Gaming y propietario del club.

No ha sido hasta mediados de este año cuando la LCS se percató de que varios equipos habían incumplido este tipo de normas. La LCS estableció el periodo de una semana para que todos los equipos mandasen toda la información referente a los contratos de sus jugadores para de este modo poder realizar un control más exacto y conocer la situación de los jugadores.

Durante esa semana todos los equipos enviaron sus respectivos documentos, incluido Cloud9, el problema comenzó con un tipo de documentos llamados RSU (Restricted Stock Units), las cuales contenían todos los acuerdos entre los propietarios del equipo y jugadores.

En agosto de 2019 se reanudaron las revisiones sobre este tipo de documentos (RSU) desde 2017, que fue cuando se instauró la normativa que prohibía este tipo de acciones. De este modo fueron 7 los jugadores que habían firmado este tipo de documentos.

De estos jugadores tan solo fueron 2 personas las que se preocuparon de revisar este tipo de contratos con los abogados y de este modo quedaron exentos que cualquier problema. Riot Games al conocer que los 5 jugadores renovaron sus contratos con este tipo de acuerdos y consiguieron un porcentaje de participación dentro del club, el equipo ha sido sancionado con una multa de 25.000 dólares por cada jugador que hubiese contado con acciones.

De este modo la suma que tiene que pagar Cloud9 a Riot Games, en un plazo de 30 días, asciende a un total de 125.000 dólares más la sanción por enviar documentos inexactos que no reflejaban las renovaciones de contrato que estaban realizando. Infringiendo las reglas que había establecido la LCS con un importe de 175.000 dólares. Además, el club tendrá que encargarse de compensar a los jugadores que adquirieron acciones en su momento. La cifra total podría ascender a los 600.000 dólares.

Otro de los problemas que han sucedido, ha sido que The Players Association, no ha estado al tanto de los acontecimientos. The Player Association es una asociación de jugadores que tiene un gran poder dentro de cada juego. Estas agrupaciones tienen como objetivo luchas por los derechos de los jugadores de Esports e intentar regular todas las actividades que se realizan dentro del sector.

La asociación más importante es la que crearon los jugadores del conocido título, Counter Strike, su crecimiento ha sido tal que ha llegado a tener repercusión a nivel internacional y pretende defender a los jugadores por la repercusión que tienen dentro del sector.

Por su parte, League of Legends ha creado su propia asociación (The Player Association) y ha establecido como director a Hal Biagas como el director ejecutivo, para encargarse de revisar todos los acuerdos entre clubs y jugadores.