Imagina cómo sería tu vida si no pudieses leer El Quijote..., ni tu timeline de Twitter..., ni los whatsapps..., ni los textos de los memes. Si no pudieras escribir un mensaje a tu pareja o a tus hijos. ¡Y lo peor de todo sería que no podrías leer El Telescopio

Bromas aparte, aunque en países como España nos pueda parecer sorprendente, en el mundo, en pleno siglo XXI, hay 773 millones de jóvenes y personas en edad adulta sin alfabetizar. Es decir, prácticamente uno de cada diez habitantes del planeta no saben leer ni escribir.   

En el mundo, en pleno siglo XXI, hay 773 millones de jóvenes y personas en edad adulta sin alfabetizar 

Una situación aún más grave si tenemos en cuenta que 617 millones de niños y adolescentes no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas.  

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Día Internacional de la Alfabetización 

Son cifras de Naciones Unidas, que celebra hoy el Día Internacional de la Alfabetización, con la mirada puesta en “la alfabetización y el aprendizaje durante y después de la crisis de la COVID-19; y especialmente en el papel de los docentes y la evolución de las pedagogías en la lectoescritura dirigidas tanto a los jóvenes como a los adultos”.  

El impacto de la pandemia ha tenido, como primera consecuencia en este ámbito, la interrupción de “la educación del 62,3% de la población estudiantil mundial (1.090 millones) a causa del cierre de escuelas”, según Naciones Unidas. 

“La crisis reciente del COVID-19 constituye un crudo recordatorio de la gran diferencia entre el discurso político y la realidad: ya antes de la pandemia existía una gran brecha y esta se ha incrementado, con la consecuente repercusión en la vida diaria y el aprendizaje de los jóvenes y adultos que no carecen o disponen de pocas competencias en lectoescritura”, afirman desde la ONU. 

Pero el impacto también ha sido enorme en la población de más edad: “Durante la crisis del coronavirus, en numerosos países, los programas de alfabetización de adultos han estado ausentes de los planes de respuesta educativa, de manera que la mayoría de los programas de alfabetización de adultos que existían se suspendieron y solo algunos cursos se mantenían de manera virtual mediante la radio, la televisión o los espacios al aire libre”.  

En la generación entre los 10 y 14 años, no se aprecian apenas diferencias de alfabetización entre los municipios 

España 

En nuestro país, la evolución del aprendizaje de lectura y escritura queda claro al analizarlos por edades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre las personas mayores de 65 años, por cada mil habitantes hay 214 no alfabetizados. Sin embargo, la cifra baja hasta solo 6 entre los 10 y 14 años.  

En España, los índices más bajos de alfabetización están en la población de más edad

En España, los índices más bajos de alfabetización están en la población de más edad

Los niveles más bajos están en el grupo de más edad, en especial en poblaciones entre 3.000 y 10.000 habitantes, con tasas cercanas al 30 por ciento. Por contra, en este último segmento de población, pero en ciudades con más de un millón de habitantes, el porcentaje de personas que no saben leer ni escribir no llega al 10 por ciento.  

Esas desigualdades, sin embargo, han desaparecido. En la generación entre los 10 y 14 años, no se aprecian apenas diferencias entre los municipios, sean del tamaño que sean.  

Quizá por eso, aunque parezca increíble, no hemos encontrado ninguna referencia al Día Internacional de la Alfabetización en la web del Ministerio de Educación y Formación Profesional.  

La estrategia de la UNESCO busca fomentar el uso de las nuevas tecnologías para la enseñanza de la lectura y la escritura 

Estrategia de la UNESCO 

La estrategia de la UNESCO para la promoción de la alfabetización de los jóvenes y adultos durante los seis próximos años, definida por más de 80 Estados Miembros, por los asociados clave y los especialistas de la alfabetización, busca –entre otros aspectos- fomentar el uso de las nuevas tecnologías para la enseñanza de la lectura y la escritura.  

Una visión que “también hace hincapié en la igualdad de género y responde a las necesidades de aprendizaje de las poblaciones marginadas, en particular los jóvenes no escolarizados, los refugiados, los migrantes y los pueblos indígenas”.  

El número de adultos sin alfabetizar es hoy mayor que hace 50 años 

Podría parecer que las cifras han mejorado en los últimos 50 años. Sin embargo, no ha sido así según la UNESCO: “En los últimos cinco decenios la oferta de alfabetización a nivel mundial ha avanzado debido al  aumento  considerable  en  los  niveles  de  matriculación  escolar,  como  reflejo  del  compromiso  financiero y político mostrado por los gobiernos nacionales y la comunidad internacional. En muchos países  este  compromiso  se  refleja  también  en  la  ampliación  del  acceso  a  los  programas  de  alfabetización. Sin embargo, el número de adultos sin alfabetizar es hoy mayor que hace 50 años, lo  que  implica  que  nuestras  actividades  no  han  seguido  el  ritmo  del  crecimiento  de  la  población”. 

Consecuencias  

Las consecuencias para esas personas son graves: “La alfabetización es un componente esencial del derecho a la educación y un requisito previo para el acceso a otros derechos humanos. Por consiguiente, garantizar el acceso a la alfabetización de jóvenes y adultos constituye una tarea de gran importancia para cambiar la vida de millones de personas que han recibido poca o ninguna educación formal. La incapacidad para leer y escribir con un nivel básico de competencia y para participar activamente en un mundo cada vez más alfabetizado y digitalizado puede ser una fuente de exclusión para estas personas y un obstáculo importante para implicarse más directamente en actividades políticas, sociales, culturales y económicas”, señala la estrategia de la UNESCO.  

Entre las ventajas que señala la organización se encuentran la capacidad para “empoderar a las mujeres y a otras personas y grupos  desfavorecidos  para  que  participen  en  actividades  sociales,  económicas,  políticas  y  culturales”. 

También beneficia a quienes se ven obligados a abandonar sus naciones de origen, porque “la  alfabetización  y  el  dominio  de  la  lengua  del  país  de  acogida pueden aumentar el sentido de pertenencia de los inmigrantes y refugiados y su capacidad para  comunicarse,  conseguir  empleo  y  mejorar  su  salud  y,  además,  mantienen  y  mejoran  la  alfabetización en su lengua materna”.