En España además se nos amontona las crisis. La institucional, la territorial... Probablemente, si no hubiera arruinado el concepto Aznar de la segunda transición merecería la pena planteárselo ahora. Hemos tenido 30 años de bastante éxito. No perdamos ese éxito pero no nos durmamos en él. Recompongamos un proyecto de país, tenemos que recuperar un proyecto de país con una economía que sea, no me duele decirlo, altamente competitiva y sostenible. Tenemos que relacionar la retribución con el esfuerzo. Y sólo con el excedente de esa economía seremos capaces de defender, en serio, lo que se está acabando con contrabando ideológico, que son los fundamentos de la sociedad del bienestar, del estado del bienestar o de la cohesión social.