El pasado 3 de mayo, el Gobierno de Alberto Núñez Feijoo anunciaba su intención de recurrir el último decreto ley que obligaba a la recapitalización de las cajas. La Xunta cree que se han vulnerado sus competencias, en especial, las que se refieren a los órganos de gobierno de las cajas. La razón es que con su conversión forzosa en bancos, uno de los requisitos para recibir ayudas públicas, la autonomía dejará de ejercer la tutela de entidades como Novacaixagalicia. Esta caja, resultante de la fusión de Caixa Nova y Caixagalicia e impulsada por Núñez Feijoo, además, tiene unas necesidades mínimas de capital de más de 2.622 millones de euros. Y, por lo que se ve, pocos inversores privados dispuestos a tomar participaciones. Eso llevaría al Frob a tener un peso muy relevante en la entidad.

La estrategia para Bankia
Pero fue la semana pasada cuando se conocieron los planes de la presidenta Esperanza Aguirre para Bankia, el nuevo banco liderado por Caja Madrid y Bancaja, que presiden respectivamente hombres tan relevantes del PP como Rodrigo Rato o José Luis Olivas. Con el objetivo de seguir influyendo en la entidad cuando salga a Bolsa, la idea es que el Canal de Isabel II, responsable del suministro de agua a la Comunidad de Madrid, se convierta en accionista de referencia de Bankia. Y también consigue, de rebote, que la entidad bancaria no tenga que ofrecer sus títulos al público a un precio demasiado bajo. Da la casualidad de que el presidente del Canal es Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad que, como se recordará, era el candidato de Aguirre para sustituir a Miguel Blesa al frente de Caja Madrid.

Salir a mejor precio a Bolsa
González ha desmentido la operación, pero hay demasiados detalles como para que sea una invención del socialista Tomás Gómez. Y además, según una fuente financiera consultada por ELPLURAL.COM, está bien pensada: "Permitiría dejar a Bankia en la órbita del PP, facilitaría la capitalización del banco, que lo va a tener difícil porque va a haber mucha competencia, y le permite salir a mejor precio a Bolsa. A mí me parece una operación cuestionable desde el punto de vista político, pero es muy inteligente".

Falta de transparencia
Otros, como el servicio de análisis del Banco Sabadell, ven positivo que, si una operación de ese tipo se produjera, se reduciría la factura final del FROB, ya que rebajaría las necesidades de capital de Bankia y, por tanto, no habría déficit que cubrir. Pero por el lado negativo, creen que restaría transparencia a la colocación, "dado que la influencia política seguiría siendo clave en Bankia" y reduciría (aún más) el interés de inversores privados cualificados.

Fuerte deterioro de la CAM
En el principal bastión autonómico del PP, la Comunidad Valenciana, la legislatura se ha saldado con la deriva de la CAM. El fracaso de su fusión con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, puso de manifiesto que la injerencia política en la entidad valenciana, que se había convertido en la herramienta para financiar los proyectos faraónicos del Gobierno de Camps, había llevado al deterioro financiero de la caja, cuya deuda ya ha sido calificada por las agencias de rating como bonos basura.

La ayuda de las desinversiones
En el caso de la CAM el apoyo es complejo, porque las necesidades de capital son muy grandes, pero todo apunta a que la ayuda puede venir de las desinversiones. Así, circula la idea de que, por ejemplo, el Ayuntamiento de Benidorm compre la participación que la caja tiene en el turoperador TUI. La operación recuerda a la que protagonizó Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, que, para salvar sus finanzas vendió el usufructo del 51% de Mercamadrid a la sociedad Madrid Espacios y Congresos, operación por la que ingresó 171 millones de euros.