Siempre hay tensión entre la gente joven que quiere romper en su carrera profesional y las empresas que saben que necesitan ese talento, pero que es tan complicado de identificar cuando se tiene poca experiencia y trayectoria.

Las empresas se ven en un casino donde tienen que seleccionar los mejores candidatos posibles para prosperar (saben que sin ese talento, las empresas duran poco). Por su parte el talento emergente, recién licenciados, estudiantes, emprendedores… saben que tienen que elegir muy bien sus primeros pasos para que la experiencia enriquezca su currículum y sus capacidades.

Perder un año o dos años en una mala empresa es mucho tiempo cuando estás empezando

Los candidatos jóvenes que fallan en esta primera entrada en el mundo laboral saben que se la juegan. La diferencia entre entrar en un potencial Google o en un potencial Facebook, frente a entrar en un potencial “Ministerio” puede marcar la diferencia en tu futura carrera profesional. 

Si entras en una empresa joven donde puedes asumir muchas responsabilidades que no podrás ni soñar ver en una gran empresa y lo haces bien, tu carrera crecerá exponencialmente. 

Meterte en una empresa tradicional y estar estancado 2 o 3 años hasta pasar de nivel siguiendo un estructurado mapa de carrera, puede hacer que tu crecimiento sea mucho más lento. 

Riesgo frente a seguridad

No hay una teoría cierta ni clara. Una empresa joven puede triunfar, pero también puede cerrar y dejarte sin sueldo varios meses y puede ser que pierdas un tiempo precioso en un proyecto que naufraga.

La capacidad de asumir riesgo personal va en la personalidad de cada uno y no es algo que se pueda inducir. Si estás preparado para arriesgarte y puedes asumir dos o tres meses sin sueldo, puede merecer la pena el meterte en una empresa con más riesgo (una empresa que prometa, pero que aún no tenga unas líneas de ingresos claramente identificadas).

Si no te interesan las aventuras, es perfectamente legítimo meterte en una empresa más tradicional donde la carrera profesional tendrá menos crecimiento, pero que puede ser más estable a nivel de ingresos, vacaciones, etc.

El mapa de carrera

Sea cual sea la empresa a la que vayas, pregunta sobre el mapa de carrera. El mapa de carrera es un concepto que todas las empresas manejan. Quiere decir por donde entras y cuál es el camino de progreso. Hay empresas que tienen 3 niveles de junior. Junior A, junior B, junior C. En cada nivel debes pasar entre 1 y 2 años. Esos niveles se revisan cada año en unas evaluaciones internas que deberás superar. En estos procesos hay mucho politiqueo, amiguismo, etc. Si esta idea encaja con tu personalidad (crecimiento lento, pero sostenido y te gusta ese tipo de networking, politiqueo o las relaciones públicas), seguramente puedas crecer y mejorar. 

Si no te gusta esta idea y lo que quieres es crecer de forma más agresiva y centrarte en la promoción de tus capacidades, busca una empresa más joven o monta tu propio proyecto donde puedas potenciar al máximo tu valía y conocimientos. En el fondo es un tema de personalidad. 

Los dos escenarios son legítimos y válidos. No pienses que no emprender es bueno y trabajar para otro es malo o que ser funcionario mola y tirarte a la piscina es de locos. 

Si te gusta lo que haces, haz networking

Lo que sí es muy recomendable es que si te gusta lo que haces, intentes investigar qué empresas están haciendo o desarrollando temas relevantes, innovadores… cuáles empresas tienen mejor reputación, talento, inversión en investigación, etc. 

Buscar buenas referencias, la gente con talento te ayudará a crecer. Las conferencias, eventos, hackathons… son sitios donde te podrás encontrar con gente de tu perfil, con tus inquietudes y con ideas similares a las tuyas. Puede ser que conozcas gente con capacidades similares y con proyectos que se pueden complementar. 

Si lo tienes claro y quieres liderar, hazlo. Si te ves mejor apoyando un proyecto de otro, hazlo. Si te ves mejor dentro de una empresa grande, hazlo. No hay reglas. El camino es impredecible. Diviértete al máximo.