La banca tradicional sigue sin adaptarse a los nuevos tiempos y muestra de ello es que han decidido ‘penalizar’ a los clientes por su fidelidad. En menos de un mes, entidades como BBVA, comenzarán a cobrar por el mismo servicio que hasta ahora venían prestando. No hay mejoras de las condiciones ni incentivos, simplemente una subida de tarifas.

Por ejemplo, la entidad aumentará de 30 a 100 euros el mantenimiento de la cuenta bancaria. Una medida que afecta, tal y como asegura BBVA, a uno de cada cuatro clientes -nada más y nada menos- pero, ¿a qué tipo de clientes se refiere? A los clientes de toda la vida, excluyendo, eso sí a los menores de 30 años y mayores de 65.

Pero no sólo ahí queda el encarecimiento de las tarifas, sino que, además, las transferencias inmediatas, por las que hasta ahora cobraba la entidad 0,90 céntimos, pasarán a costar el 1,25 por ciento de la cantidad transferida. Si un cliente transfiere 100 euros, el banco le cobrará 1,25 euros.

En cuanto a productos concretos, BBVA continúa su tendencia alcista de precios, y eleva los de las hipotecas a tipo fijo. Es una cuestión de “dinámicas competitivas de mercado”, asegura el banco. Las hipotecas a 15 años pasarán del 1,74 por ciento TAE al 1,95 por ciento y las de 20 años del 1,95 por ciento TAE al 2,10 por ciento. También elevan los de las hipotecas a 25 y 30 años. En el primer caso, pasarán del 2,14 por ciento TAE al 2,29 por ciento; en el segundo, del 2,36 por ciento TAE al 2,52 por ciento.

Reformulación del negocio

La banca tradicional abandona la carrera que hasta hora libraba contra las nuevas entidades por ganar nuevos clientes y los penalizados son ‘los menos rentables’ que, son ni más ni menos, los que no tienen todos los productos contratados con la entidad de turno. De hecho, además de BBVA han adoptado también esta posición otros bancos como Bankia, Santander o Sabadell.

Por ejemplo, Bankia ha elevado a 700 euros la nómina mínima que exigía para que sus cuentas carecieran de comisiones y Banco Sabadell la aceptará siempre y cuando se domicilien ingresos de al menos 700 euros al mes y se cumpla al menos uno de sus requisitos estipulados, como disponer con el banco de un seguro o un plan de pensiones.

Por lo tanto, ¿qué podemos esperar a partir de ahora de nuestro banco? Condiciones más estrictas y mayores trabas por depositar nuestros ahorros.

Clientes instafisfechos

Es más que probable que esta decisión haga aumentar el grado de insatisfacción de los clientes con estas entidades financieras aún más de lo que venía siendo hasta ahora. Según datos del propio Banco de España, el organismo recibió durante los primeros diez meses de este año 12.187 reclamaciones de usuarios, de las cuales, se atendieron 3.901. De esas, tan sólo el 21,58 por ciento dieron la razón al banco y, en el 71,42 por ciento restante, se dio al cliente.

Además, según la entidad, los bancos desoyeron las interpretaciones del Banco de España en el 21,81 por ciento de las resoluciones que no les daban la razón, instando al cliente a litigar.

El mayor volumen de quejas sigue registrándose en cuanto a los préstamos hipotecarios, que concentran el 30,57 por ciento de las disputas, seguidos de las discrepancias en cuanto a la contratación de cuentas y depósitos bancarios, con un 24,04 por ciento de las reclamaciones, incidencias con tarjetas, con un 16,86 por ciento de las quejas, y problemas con préstamos personales, un 9,05 por ciento de las reclamaciones.

Hay que recordar que, entre las promesas electorales de Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno en funciones, se encuentra crear una autoridad de defensa del cliente de servicios financieros.